Al iniciar la mañana del 17 de octubre domingo XXIX de tiempo ordinario, el Presbítero Danny García, presidió la primer Eucaristía de este día y estuvo acompañado por los feligreses de la Parroquia San Juan Bautista de Muy Muy, el religioso se dirigió a los presentes manifestando: “Pidamos al Señor la gracia para servir con amor y humildad” y pidió al Señor por la apertura de la fase Diocesana del Sínodo sobre la Sinodalidad en comunión con el Papa Francisco y la Iglesia universal.
“Al acercarnos al Evangelio de (San Marcos 10,35-45) lo primero que llama la atención es que estos hombres le piden a Jesús ser una clave importante en la historia y piden estar uno a la derecha y otro a la izquierda de Jesús y es que para este tiempo las personas que estaban cerca de un rey demostraba ser una persona de gran importancia, y ellos querían este lugar para darse a conocer entre los demás”, explicó el Padre García al iniciar la homilía.
Proceso de conversión:
“Hermanos estos hijos de Zebedeo confundieron a Jesús con un rey terrenal piensan que su poder es para otras cosas y no para la verdadera y única salvación, y es triste ver como se equivocaron pero al final nos damos cuenta que ellos llevaban un proceso de conversión y en el primer instante miraron a Jesús de un modo diferente pero después de la resurrección ellos cambian y dejan de anhelar cosas terrenas, nos alegra ver este claro ejemplo porque nosotros como discípulos del Señor nos identificamos con aquellas situaciones que viven estos hombres, y si ponemos nuestra esperanza en la gracia de Dios también nosotros podemos llegar a tener un cambio en nuestras vidas. Si nosotros queremos actuar como los páganos sería una lástima y tendríamos que iniciar un proceso de conversión más fuerte”, agregó.
“Que esta palabra nos aliente y que dentro de nuestras responsabilidades no busquemos puestos para hacernos sentir bien psicológicamente, no busquemos un desempeño diferente para demostrar que soy importante o que yo mando, no creamos que oprimir al más pequeños nos hace grandes y si existen personas con estas características, oremos por ellos y recordemos que nosotros estamos llamados a ser diferentes para agradar a Dios”, detalló.
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“Que nuestro desempeño sea precisamente servir, ese poder en el cielo será premiado e intentemos cambiar nuestra vida y sociedad tan acostumbrada a la división, insulto, al hacer sentir mal a los demás al ejercer el supuesto poder momentáneo y cada vez que comulguemos pidamos a Dios una gracia especial para que esta sociedad conozca a Jesús”, concluyó el religioso.
Redacción: Hilda Bermúdez.
Diócesis Media, parroquia San Juan Bautista, Muy Muy.