Bajo la brisa que es símbolo de la bendición del Señor, fieles de la parroquia Santa Lucía en Darío celebraron el Cuarto día del quincenario en honor a la Inmaculada Concepción de María, acompañados por el lema: «Quiero Caminar contigo María». El padre Vicente Martínez, párroco, durante la Santa Misa ofrecida por el barrio Jerusalén, llamó a no poner la confianza en el dinero.
Manifestó que en la liturgia el Señor llama a guardar la calma, a no poner la confianza en el dinero, ni en los bienes materiales, si no más bien en el único poder eterno que es Dios, el único poder que perdura, que es eterno y que nunca va a desaparecer porque el poder de Dios levanta la dignidad del que está caído, «el Señor ha venido a liberar presos, ha venido a darle esperanza al que la ha perdido, ha venido a dar la paz a los países que viven en guerra y es por eso que el señor hoy nos llama a cada uno de nosotros dichosos los invitados al banquete del Señor, eso quiere decir que somos dichosos porque participamos en cada Eucaristía» explicó.
Recordó que todos los cristianos, familias y sociedad estan en peligro, ya que por medio de las actitudes los cristianos pueden convertir la casa del Señor en una cueva de ladrones «así lo dice el Señor en su palabra» expresó.
La hora de la liberación:
«Hermanos llegara el día en que todos aquellos gobernantes, aquellos que viven gozando de poderes, riquezas, vanaglorias, de primeros lugares, van a ser destruidos, ellos van a ser aniquilado, ellos no van a ver la felicidad, no van a ver la alegría de la venida del hijo del hombre que vendrá en una nube con gran poder y majestad, por estas cosas que comienzan a suceder pongan atención y levanten la cabeza porque se acerca la hora de la liberación, la hora en que el Señor va a entregar su vida al Padre, es decir, la llamada del juicio final, por lo tanto hermanos los juicios del mundo queramos o no, a veces son corruptos, pero si nos arrepentimos y buscamos conversión los juicios de Dios son misericordioso» recordó.
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Finalizó su mensaje expresando que aunque se tengan miles de problemas, dificultades, todos están invitados a levantar la cabeza porque se acerca la hora de la liberación, porque cuando Dios manda, cuando Dios habla, todo se cumple y el único que no se equivoca en este mundo es el Señor.
Redacción: Juana Ruiz.
Diócesis Media, parroquia Santa Lucía.