En la celebración del tercer domingo del tiempo de Cuaresma el presbítero Vicente Martínez, párroco de la la parroquia Lucía, Darío, manifestó se debe consagrar la vida y pertenencia al Señor: «El Señor no nos manda a sacrificarnos, sino a consagrar nuestro templo físico que es lo importante, lo esencial como cristianos bautizados, Dios nos brinda su vida al morir en una cruz, y porqué nosotros no consagrar nuestro corazón, nuestra vida como el templo sagrado que acoge a Cristo sufriente».
El padre Martínez explicó que los cristianos, sacerdotes y matrimonios deben de tener el propósito de dar un buen fundamento en la vida, para seguir las enseñanzas de Jesús, porque solo en ese camino se reconocerá a Dios como el Verbo Encarnado entre ustedes.
También explicó la importancia de vivir bajo los mandamientos de Dios: «En este sentido hermanos, el mandamiento más importante es amar a Dios sobre todas las cosas, es decir en todo momento debemos de demostrar el amor a Dios, como Él lo demuestra al ser humillado clavado en una cruz».
Las imágenes para los cristianos:
Seguidamente el padre Vicente, expresó que mediante el nuevo testamento se da la oportunidad para conocer el misterio de la imagen que representa a Jesús, una imagen que es venerada, que ayuda a darse una idea del rostro de Jesús, que contribuye a un respeto a Dios que está en el cielo.
Dios es celoso, como son los esposos con las esposa:
El sacerdote manifestó que el celo de Dios es diferente: «Es un celo que nos invita a liberarnos de todo lo que nos ata en el mundo, a darnos cuenta que todo lo nuestro le pertenece sólo a Él, por lo tanto, si le pertenece a Él, seremos fuertes y llenos de sabiduría para vivir y caminar en este mundo, para no dejarnos cegar por la injusticia que actualmente solo condena al inocente y deja libre al culpable».
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«En este tiempo que vivimos debemos de fijar nuestra mirada en esa cruz que no es simplemente un madero, sino esa cruz que somos cada uno de nosotros los pecadores», compartió.
Reflexión del Santo Evangelio:
Explicó que, en el Santo Evangelio del día, se habla de la purificación del templo, ese templo que son cada uno de los hijos de Dios: «Dios nos pide cuidarlo con una fe firme, porque desgraciadamente la fe se ha visto como un mercado, es decir como cristianos tenemos que anunciar sin miedo a un Cristo crucificado, aún Cristo que no se avergonzó de nuestro pecados, a un Cristo que murió por nosotros, no hay que tener miedo a morir por causa de Jesús».
«Procuremos preparar en este tiempo de Cuaresma el templo de nuestros corazones, para que Jesús nos pueda llamar hijos obedientes y humildes», finalizó.
Redacción: Juana Ruiz.
Diócesis Media, parroquia Santa Lucía, Darío.