“Cuando un pueblo deja de escuchar a Dios hay división y discordia”, Padre Juan Francisco Zeledón

“Cuando un pueblo deja de escuchar a Dios hay división y discordia, hay guerras, enfrentamientos, falta de comunicación en la familia, se pierde el valor para lo sagrado, la moral cristiana la pisotean, haciendo cada día de la persona ajeno a la familia de Dios”, fueron las palabras que el padre Juan Francisco Zeledón, cura párroco de la parroquia San Dionisio, dirigió en su homilía a los fieles que se unían a través de las redes sociales a vivir la Celebración Eucarística, el 23 de julio.

Explicó además que, cuando uno abandona a Dios y olvida los mandamientos los frutos que obtiene son múltiples abominaciones “irrespetando lo sagrado y haciendo caso a lo malo, recurriendo a la brujería, a los hechizos y confiando en que las fuerzas oscuras podrán resolver todo tipo de problema que se pueda presentar en el diario vivir de cada cristiano, es necesario entonces, construir la vida espiritual acercándose a las obras portentosas de Dios y evitar convertirse en cisternas agrietadas”, manifestó el sacerdote haciendo alusión a la primera lectura del profeta Jeremías proclamada en la Misa.

El lenguaje de Jesús no es difícil de entenderlo

No es difícil entrar en el lenguaje de Jesús:

En este aspecto subrayó que, el lenguaje de Jesús no es difícil de entenderlo, porque es un mensaje claro, sintético y auténtico y lo comparó a la vivencia familiar de la siguiente manera: “Cuando en una familia existe la comunicación todos entienden el lenguaje de la propia, tantos los hijos como los padres saben cuándo algo está bien o está mal pero apenas llega un extraño a querer entrar en la familia, difícil  será para él captar las costumbres y valores que ésta tenga; así es Jesús, Él se comunica con su familia y su familia entiende lo que les explica a través de las parábolas con ejemplos sencillos y reales pero apenas llega uno que obra el mal jamás logrará entender los designios que el Hijo de Dios quiere hacer en la humanidad”, mencionó.

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Al finalizar su homilía, invitó a todos los fieles a acercarse a Jesús Eucaristía a poner su confianza en Él, porque sólo en Él se encuentra la salvación, solo en Él son posibles todas las cosas, que todas las preocupaciones, adversidades y obstáculos se lo ofrezcan a Él y en recompensa reciban las gracias merecidas para ser buenos cristianos logrando tener una Nicaragua que escucha a Dios, una Nicaragua que tiene deseos de superarse y no convertirse en cisterna agrietada en donde se escape el manantial de agua que Dios en su infinito amor le ha regalo.

Pese a que las Santas Eucaristías siguen sin presencia de fieles, puso en el altar de Dios todas las intenciones que las personas de un modo a otro le hacen llegar y pidió a los fieles encarecidamente que recen a la Santísima Virgen María, Madre de Dios, para que “nos proteja del mal y pronto miremos la nueva luz que nos traerá la felicidad”.

Redacción: Edgar Balmaceda.

Parroquia San Dionisio.