En la Santa Eucaristía del miércoles de ceniza, el padre Uriel Vallejos, de la parroquia Divina Misericordia en Sébaco, durante su homilía ha manifestado que la Cuaresma es un tiempo de gracia, un don para amar más y mejor, para amar a Dios y al prójimo, y esto redundará en ese Gaudium (Alegría), en esa alegría interior, esa vida plena y realizada que el Señor quiere para sus hijos.
El padre vallejos manifestó que la Cuaresma es un tiempo que establece la liturgia de la Iglesia, casi desde sus primeros inicios, haciendo memoria de los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto guiado por el Espíritu, cuarenta días para hacer un pequeño desierto en sus vidas; el desierto es el lugar de la escucha de Dios, dejando a un lado los agobios y el estrés que les ocupan para estar más sensibles a la Palabra de Dios.
Significado de la Ceniza:
Seguidamente explicó que el símbolo de la ceniza les dice: “Sin Dios eres eso; ceniza, se sopla y desaparece”, por tanto, no construyan sobre la ceniza, una construcción absurda, deben construir sobre el don de Dios que lo es todo: “Él es la roca, debemos pensar si nuestra vida es un poco ceniza, inconsistente, a veces la fundamos sobre cosas que sabemos en el fondo no tienen consistencia. Es por ello que se nos llama a la conversión, a hacer memoria del don de Dios, somos infinitos por don Suyo, porque Él nos regala y nos sostiene. Es decir, se nos ofrece un camino para purificarnos, para tomar conciencia de la verdad de nuestro ser, no de la imagen que queremos construir” manifestó.
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Concluyó pidiendo que, por el ayuno, la oración, la limosna los cristianos se desprendan de tantas cosas que le esclavizan para vivir en la verdad y en la sencillez, en la plenitud de los hijos de Dios, por intercesión de la Santísima Virgen María.
Redacción: Alexandra Chavarría, Diócesis Media Parroquia Divina Misericordia – Sébaco.