“Desconocer la palabra de Dios es desconocer a Cristo”, así lo manifestó el presbítero Vicente Martínez al presidir la Santa Misa de jueves Eucarístico desde la parroquia Santa Lucía en Ciudad Darío, en la II semana del Tiempo Ordinario.
De igual manera, el Presbítero Martínez manifestó que los hijos de Dios se reúnen y participan de la Santa Misa no porque sean buenos, sino porque Dios es bueno con cada uno de sus hijos, porque en estos tiempos a la iglesia le ha tocado vivir tiempos difíciles y aún más a cada de los cristianos, les ha tocado luchar, a no perder las esperanzas, a escuchar la palabra de Dios, a ponerla en práctica y a vivir sus vidas como Santa Inés la entregó a Cristo, no importa como esté cada una de sus vidas, el Señor quiere que se entreguen a Él, por completo
El llamado a la Santidad:
«Jesús en esta oportunidad de vida nos hace nuevamente un llamado, una invitación a la santidad, aunque seamos pecadores, aunque no andemos en buenos caminos y nuestra vida no esté en gracia, pero Dios así la quiere, Él no insiste por las personas que creen ser perfectas, no, Él llama a gente imperfecta para perfeccionarla conforme su voluntad», explicó.
También reflexionó sobre el Evangelio del día según San Marcos (3; 7-12), acerca de la misión que Dios viene a cumplir a este mundo, a esta tierra, siendo esta liberar al hombre del mal, curando a muchos de sus enfermedades, de manera que todos los que padecían algún mal, se echaban encima para tocarlo, para liberarse y reconocerlo como aquellos poseídos por espíritus inmundos, que cuando lo veían se echaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo del Señor Jesús” compartió.
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Finalmente el sacerdote alentó a que el Señor ayude a cada cristiano a escuchar ese llamado y a servirle para que no lo conozcan simplemente por lo que les digan, sino que nazca de ustedes mismo el deseo de tener un encuentro, una experiencia con Él, viviendo su vida de manera ordenada, sin caprichos, soberbias, mentiras e injusticias.
Redacción: Juana Ruiz.
Diócesis Media, parroquia Santa Lucía.