En la Santa Eucaristía del III domingo del tiempo ordinario día en que también se celebró el domingo de la palabra de Dios en la parroquia Santa Lucía, ciudad Darío, el Padre Aníbal Manzanares manifestó que la palabra de Dios es para corregir, es para educar, es para profundizar, es para hacerla vida a través de la Lectio Divina pretendiendo que esa palabra de Dios resuene en el interior y en el entorno de cada cristiano porque no se trata de tenerla de adorno, mucho menos de museo en una vitrina, se trata de leerla y descubrir que es lo que Dios tiene para sus hijos.
Transmitir y difundir la palabra de Dios:
«Hoy estamos invitados a transmitir y difundir la palabra de Dios a aquellos que no vienen a la iglesia, a los que están medios descarriados, a los que no viven una vida sacramental, a los que no tienen una oportunidad de escuchar la palabra de Dios», explicó el Padre Aníbal.
Además, recordó que en estos tiempos sólo es cuestión de querer, porque medios hay, como la radio, la televisión, el internet y las redes sociales, los cuales se deberían de aprovechar para enriquecer la fe: «Solamente es dedicar un tiempo para el Señor, porque nosotros somos los necesitados de su amor y su misericordia».
Seguidamente recalcó que el fin de la palabra de Dios es llenar el corazón de sus hijos, porque en ella encuentran palabras de vida eterna, para cada momento que vivan como familia, como comunidad, Dios tiene una palabra para cada uno de los cristianos.
Hoy existe la esclavitud:
«Hoy la palabra de Dios nos anima a todos, principalmente a aquellos enfermos en el cuerpo y el alma, en nuestros días todavía existe la esclavitud y muchos somos esclavos de las pasiones, de los caprichos, de lo mundano, de los poderosos, de los grandes, de los opresores que buscan sus intereses no el bien común», dijo el Padre Manzanares.
No se puede tapar el sol con un dedo:
«No podemos tapar el sol con un dedo, está es nuestra realidad, está es la realidad de los que sufren, de los que lloran, de los que están pasando momentos difíciles, porque su familia se desune debido a la migración, ellos son los cautivos, los enfermos, ellos son los que necesitan de nuestras oraciones, hay un dolor, una angustia, hay mucha desesperanza en los nicaragüenses, en los cristianos», manifestó el Padre Aníbal Manzanares.
«Pidamos al Señor que nos de la verdadera libertad, esa que no se compra ni con oro ni con plata, y aún podríamos estar en las cárceles, siendo torturados y maltratados, pero somos libres porque para eso nos liberó el Señor», señaló el Padre Manzanares.
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Finalizó su mensaje pidiéndole al Señor abra los ojos para poder denunciar las injusticias, para poder sanar siendo buenos samaritanos; sanar las heridas de los que están siendo desangrados en su dignidad como persona, en sus derechos violentados, y que como cristianos católicos puedan anunciar con alegría y valentía la palabra de Dios.
Reducción: Zenelia Cordero Martínez
Diócesis Media parroquia Santa Lucía, Darío.