Monseñor Alvarez: La Iglesia, tiene también la misión y el derecho de ocuparse de los problemas sociales

La Iglesia, tiene también la misión y el derecho de ocuparse de los problemas sociales; y cuando lo hace “no puede ser acusada de sobrepasar su campo específico de competencia y, mucho menos, el mandato recibido del Señor, dijo Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, en su mensaje el domingo 30 de enero 2022, IV Domingo del Tiempo Ordinario, en la Iglesia Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa.

Mensaje:

La Iglesia es “un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (LG 4). La Cabeza de este cuerpo es Cristo (LG /7). El misterio de la santa Iglesia se manifiesta en su fundación. Pues nuestro Señor Jesucristo dio comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva (cf. LG 5).

La Iglesia es una, santa, católica y apostólica; encomendada a Pedro para que la apacentara y confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno. Cristo la erigió perpetuamente como columna y fundamento de la verdad.

La Iglesia se pone concretamente al servicio del Reino de Dios, ante todo anunciando y comunicando el Evangelio de la salvación, denunciando las injusticias y constituyendo nuevas comunidades cristianas. De ahí deriva, en concreto, que la Iglesia no se confunda con la comunidad política y no esté ligada a ningún sistema político. La comunidad política y la Iglesia, en su propio campo, son independientes y autónomas, aunque ambas estén, a título diverso, al servicio de la vocación personal y social del hombre (cf. Compendio DSI 50).

Iglesia maestra de la verdad de fe:

La Iglesia tiene el derecho de ser para la humanidad, maestra de la verdad de fe y también de la verdad moral que brota de la misma naturaleza humana y del Evangelio (cf. Compendio DSI 70).

Tiene también la misión y el derecho de ocuparse de los problemas sociales; y cuando lo hace “no puede ser acusada de sobrepasar su campo específico de competencia y, mucho menos, el mandato recibido del Señor”.

Es propio de la estructura fundamental del cristianismo la distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios. La Iglesia, como expresión social de la fe cristiana, tiene su independencia y vive su forma comunitaria basada en la fe, que los poderes de este mundo deben respetar (cf. DCE 28).

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De aquí nace la libertad que tiene la Iglesia de tomar sus propias decisiones. Nadie puede interferir ni influir en estas decisiones. De aquí nace también la autonomía que tiene la Iglesia de todo poder temporal, sea social, político, económico e ideológico. Recordemos hermanos que para ser libres nos liberó Cristo y como lo hemos dicho en otras ocasiones, esta libertad, nada ni nadie nos la puede quitar o arrebatar.

Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano.

Diócesis Media.