En la solemnidad de Pentecostés el 5 de junio, domingo en el que la iglesia concluyó el Tiempo Pascual, cincuenta días después de de resurrección del Señor, en la parroquia Santa Lucía, Darío, el presbítero Vicente Martínez, párroco, invitó a los fieles a preguntarse: «¿Qué Don del Espíritu Santo estoy necesitando hoy en mi vida, para ser un buen cristiano?».
Seguido dijo el Padre Martínez que en la fiesta de Pentecostés el Espíritu Santo no se derrama de pedacito en pedacito, como diciendo se va a derramar aquí y haya, no, la venida del Espíritu Santo se derrama en todos los bautizados y muestra la importancia de la unidad, la comunión y la fraternidad: «Nos enseña la lengua del Espíritu Santo, la lengua del amor, es decir un sola alabanza y un solo corazón hacia Dios».
Además, el padre Vicente recalcó que el cristiano no está en la Iglesia para subir puesto, para buscar lugares, no está para que los aplaudan, para que lo feliciten: «Está porque tiene el Espíritu Santo, además el servicio puede ser cualquiera por muy pequeño que sea, ahí esta la salvación. El servicio en nuestra iglesia debe ser para Dios, la iglesia, al prójimo y a uno mismo».
«En cada uno de nosotros habita el Espíritu Santo para el bien común, es decir si tienes un don, un talento, algo que Dios te ha dado, no es para que te sientas más que el otro, porque si te sientes así estás equivocado porque el centro de todo es Dios, el Espíritu Santo que se derrama para el bien común, de la salvación de la comunidad y el bien de la Iglesia. Por eso es ahora el momento de preguntarse: ¿porqué no tengo ningún talento o don? porque no se lo he pedido al Espíritu Santo, así que pidamos la ayuda de Dios para descubrir cuál es nuestro talento, cual es nuestro carisma», explicó el Padre Vicente Martínez.
Tambien manifestó que la oración al Espíritu Santo ayuda a formar un solo cuerpo con Cristo, aunque seas judío o esclavo: «Fuimos bautizados con el mismo Espíritu Santo, sólo imaginémonos cada uno de nosotros cuando fuimos bautizados, muchos fuimos sacerdotes, obispos, santos y mártires, pregúntese: ¿porqué yo no he podido llegar a ser Santo? Porque usted no le ha pedido al Espíritu Santo”, indicó.
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«Necesitamos hoy pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a descubrir cuál es nuestro talento, carisma, don, preguntémonos porqué muchos matrimonios son sólidos y otros se destruyen, porque no han orado, porque en vez de buscar soluciones a un problema, han buscado culpables, se han atacado unos a otros, se han dividido y no han sido constructores de amor y paz que es el lenguaje del Espíritu Santo», finalizó el Padre Vicente.
Redacción: Juana Ruiz.
Diócesis Media Parroquia Santa Lucía, Darío.