“Para poder asimilar desde la fe, la Eucaristía es el acontecimiento núcleo de la celebración de esta fiesta de Jesucristo sumo y eterno sacerdote, hay que referirse al antiguo testamento, ubicar la Eucaristía en el contexto de la celebración de la pascua”, expresó Fray Ignacio Urbina al celebrar la Santa Misa en la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote en la parroquia Inmaculado Corazón de María, Iglesia San José, Matagalpa.
El pueblo esclavo en Egipto:
“Dios mandó a través de Moisés el signo de la alianza, la pascua, el paso de Dios en medio del pueblo, en su sufrimiento en la esclavitud en Egipto, mandó a degollar un cordero de un año, macho cabrío sin defecto alguno, no había tiempo de separar vísceras, bastón en mano, sandalias puestas a prisa porque es El Paso de Dios y la sangre del mismo, con ella se rociaría en los dinteles de la puerta de la casa judía, ambas y el ángel exterminador pasaría, no daría muerte a los primogénitos, pero si a los egipcios desde humanos hasta animal”, recordó.
En esto explicó que sucesivamente se va a celebrar este rito de la pascua, el mismo en relación directa, el pueblo liberado de la esclavitud con un objetivo, ir a rendir culto más allá de Dios, el único Dios, pero el pueblo a través de los años se quedó en el ritual de la pascua y calló en nuevas esclavitudes de Egoísmo, egolatría, de darse culto a sí mismo, de buscar culto a su persona y robar así la gloria a Dios.
“Dios nos ha venido a buscar con esta actitud de humildad, de sencillez, de pequeñez, así ha venido a buscarte a mí y a ti, Dios ama, Dios es amor, y por eso se sometió y se entregó a sí mismo, en plena libertad en manos de los hombres, de los paganos y fue sacrificado y el pueblo judío celebraba la pascua, en ese momento que degollaban los corderos el sábado, Jesucristo es degollado en la Cruz del calvario y en la hora de nona, entregó su vida, una vez derramada su sangre preciosa y divina”, indicó Fray Ignacio.
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También resaltó que: “En la Cruz han quedado clavados todos los pecados de ayer, de hoy y de mañana, los pecados de la historia y ahí en el holocausto se ha quemado el decreto de condenación y maldición que pondría sobre nuestras cabezas y hemos quedado libres y con su entrega, se han vuelto a abrir los cielos, se ha vuelto a la comunión con el padre, por eso dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino es por mi y así alcanzamos la vida. Así todo fue realizado la noche del jueves santo, en la cena pascual, tomó pan y el cáliz, mencionando que cuanto ha deseado realizar con ustedes esta pascua y les aseguro que no volveré a beber el fruto de David, hasta la plenitud del reino de Dios, esto es la Eucaristía, lo más grande de la iglesia”.
“¿Porque quedarnos esclavizados, en actitud de muerte, actitud de juicio y de condena?
Cuando el único que tiene el juicio ha perdonado los pecados en la Cruz del calvario y llega a nosotros el perdón por medio del poder de su sangre preciosa, llega a través de la iglesia a quien le ha dado la autoridad de administrar ese poder del perdón de los pecados, este es el Jesucristo sumo y eterno sacerdote, el que necesitábamos, el que es uno de nosotros y a la vez es Dios. Al celebrar la Eucaristía, el memorial que significa que se hace presente el poder que se realizó en el calvario, en la eucaristía se hace presente esa gracia”, finalizó.
Redacción: Eleazar Pineda.
Diócesis Media, parroquia Inmaculado Corazón de María.