El 2 de noviembre la Iglesia conmemora a los fieles difuntos y la Parroquia San Juan Bautista en Muy Muy realizó tres Eucaristías presididas por el Presbítero Danny García. En las Eucaristías se pidió al Señor por los fieles difuntos para que les conceda la expiación de sus pecados, el descanso eterno y gocen del reino que él ha prometido a sus hijos.
Como parte de una buena costumbre adquirida durante la pandemia las familias portaron mascarilla. Con la ayuda del equipo de protocolo se hizo posible la desinfección del calzado y proporcionaron alcohol al momento de ingresar al templo.
Feligreses anotaron a sus fieles difuntos:
Los feligreses con anticipación acudieron a las oficinas de la parroquia para anotar las intenciones por los difuntos y elevar una oración por ellos en la Santa Eucaristía. Este año como medida de protección ante la pandemia no se realizó la Eucaristía que se acostumbra hacer en el cementerio, y para acompañar a las familias que en este día visitaron a sus difuntos se colocaron parlantes en el cementerio para que de esta manera vivieran la liturgia que fue transmitida en la página oficial de la parroquia.
“Hermanos al acercarnos a orar por un difunto nos une la fe, el cariño, el estima, pedimos una gracia especial y al hacer esto no es dar culto a los muertos, lo que hacemos es orar al buen Dios para que le conceda al ser querido la resurrección futura, si ha quedado algún pecado por la humana debilidad que el Señor se lo perdone” expresó el padre García.
Gana un cristiano para el cielo:
El religioso también hizo referencia de lo que el Papa Francisco ha concedido a la humanidad en este tiempo de pandemia de orar por los difuntos, que se ofrezca en este mes de noviembre una indulgencia plenaria y “¿Qué debemos hacer para ganar un cristiano para el cielo?
Debemos vivir la Eucaristía, recibir la absolución general de los pecados, comulgar, orar por el Papa y hacer una obra de caridad. Esta iniciativa del Papa nos da la oportunidad de acercar a nuestros difuntos con nuestro Señor”, indicó.
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“Hoy nos acercamos al Señor y al estar cerca de él no debemos ocuparnos de las cosas del mundo porque eso queda aquí en la tierra y no necesitamos mucho para vivir. Busquemos del Señor, de ese Dios que nos promete como hoy el profeta Isaías un festín, eso es lo único que debemos anhelar, pues aquí no encontraremos la alegría plena, la encontraremos en el cielo”
“Pidámosle al Señor que nos regale obras buenas y concretas que nos ayuden a buscar el cielo que él nos promete. Jesucristo nos propone la vida eterna, el Señor se nos presenta como el pan bajado del cielo, como la plenitud de la eternidad y pedimos que esta Eucaristía sea para nuestros hermanos difuntos el remedio necesario para llegar a la vida eterna”, concluyó.
Redacción: Hilda Bermúdez.
Diócesis Media, parroquia San Juan Bautista, Muy Muy.