La corrección fraterna en clave de amor, fue explicada por Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, en su homilía de este domingo 6 de septiembre en la Iglesia Catedral San Pedro.
En su homilía explicó que la corrección fraterna es un gesto de amor, por lo tanto nunca será una crítica destructiva porque movidos por el amor se busca respetar la dignidad del hermano, la dignidad de la persona, “el Dios del amor nos invita a corregir en el amor: Si te escucha habrás salvado a tu hermano, sino te hace caso persevera, hazte acompañar de dos o tres tal vez persuades a tu hermano y lo logras convencer para corregir”, subrayó.
El Obispo explicó que ante la presencia del otro uno debe descalzarse porque el otro es tierra santa, el otro debe ser visto como un misterio ante quien uno debe anonadarse, humillarse, por eso el primero que tiene que entrar en la humildad es el que va a corregir.
“El proceso continúa, y ‘si no hace caso dicelo a la comunidad’, es decir, llévalo ante la comunidad que ama, no lo puedes llevar ante una comunidad que no ama, la comunidad a la que San Mateo se refiere es la que lleva una sinfonía en el corazón, no es ante cualquier comunidad, es sólo aquella que esté unidad en el vínculo del amor y que lo tratará con amor. Claro, y si ni así hace caso, dice el texto: ‘Apártate de él como de un pagano’… No es que expulsarás al hermano, sino que quedará testimonio que él o ella a fracturado y quebrantado la vivencia del amor que desde el inicio empezaste a corregirle”.
“Entonces sí, donde dos o tres estén reunidos en mi nombre ahí estoy yo. Reunirse y vivir en el amor”, recordó.
Corregir en los diversos ambientes con amor:
En este punto dijo que una familia que se reúne y vive como comunidad puede estar seguro que vive en el amor: “Que bonito que en el matrimonio se viva así, que uno de los cónyuges se acerque al otro para hacerle una corrección fraterna, no un reclamo, ¿cuántas discusiones se evitarían?. Los matrimonios que no son capaces de conversar hagan la prueba, un matrimonio no debería terminar el día sin arreglar la dificultad, tienes que acostarte con la persona que amas con un corazón amistoso y reconciliado”.
“Que bonito que los padres de familia tomen como principio con sus hijos la corrección fraterna en el amor, no es tratar, no es reclamar, no es gritar, igual los hijos corregir al papá y la mamá con amor, no es con burla, no es con desobediencia ni con malacrianza, y el corregido dejarse corregir en el amor”.
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“Todo esto vale en nuestras familias, en nuestros entornos, en nuestra vida comunitaria, de Iglesia, pero también en la sociedad nicaragüense”, aseguró.
Redacción: Manuel Antonio Obando Cortedano.
Diócesis Media.