“La misericordia de Dios derramándose, en los pobres y pecadores no en los soberbios, puesto que Jesús es rico en misericordia colma de bienes a los más débiles y sacia a aquel que le clama con un corazón sincero, el Evangelio está lleno de esta misericordia para con los pobres, para con los pecadores”, comentó el 16 de agosto en su homilía el padre Juan Francisco Zeledón, párroco de San Dionisio.
Al igual que en toda la Diócesis el sacerdote celebra la Eucaristía sin la presencia física de fieles como medida de prevención ante la COVID-19 que ha causado mucho dolor en las familias.
Además en su mensaje refirió que en la actualidad hay muchos que se consideran buenos cristianos, fervorosos y hasta colaboradores con la Iglesia, pero les pasó como a los judíos que habla el apóstol Santiago en su carta… “Observemos en nuestra realidad que hay hermanos que compartieron buenos momentos con nosotros, hermanos que mostraron su amor y fervor a la virgen María, a la Iglesia y a sus pastores pero ahora son aquellos que atacan a la Iglesia con odio y rebeldía, y la ven como su primer enemigo”, lamentó.
Solamente los sencillos y humildes son los que se acercan al Señor
También recordó que la misericordia de Dios es grande y sólo los sencillos y humildes son los que se acercan al Señor, “no los rebeldes ni mucho menos aquellos que atacan a destruir hablando de los sacerdotes y de la Iglesia cuando lo único que han hecho es estar a lado de los pobres; por ello, el Evangelio es una muestra de acercamiento; una mujer cananea se acerca a Jesús y le pide un favor, es ahí donde Jesús sin condiciones mira el corazón del hombre y le da su redención, le da su amor y sobretodo su perdón”.
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Al concluir invitó a seguir pidiendo por la conversión de aquellos que se han alejado de Dios, de su Iglesia y que se han llenado de soberbia. “Sigamos orando por nuestra Iglesia y por el fin de la pandemia”.
Redacción: Larry Rayo.
Parroquia San Dionisio.