“Los nicaragüenses, debemos sentirnos invitados en la construcción de una nueva Nicaragua”. Mons. Rolando Alvarez

Un llamado a los nicaragüenses a “sentirnos invitados en la construcción de una nueva Nicaragua”, hizo Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa en su homilía el domingo 11 de octubre en la Iglesia Catedral San Pedro.

Luego de meditar en el Evangelio del día, e iluminado por el texto, el Prelado refiriéndose a la realidad que vive el país, explicó que es mucho el camino y trabajo por recorrer para la construcción de una nueva nación. Con respecto a la falta de liderazgo aseguró que hay grandes hombres y mujeres capaces, honrados, honestos y que sin ambición piensan en la patria.

Aquí el mensaje:

“Todos y cada uno de los nicaragüenses, debemos sabernos y sentirnos invitados a participar en la construcción de una Nueva Nicaragua, donde la centralidad de la dignidad de la persona sea el espíritu que nos impulse con fuerza, con energía renovada, a construir un país basado en la auténtica justicia, el respeto a la ley, a la Constitución, a los derechos humanos universales, a la libre expresión e información. Con regularidad se escuchan voces de desesperanza y éso sepulta en vida”

“Es mucho el camino y el trabajo por recorrer para construir ese nuevo país. No podemos quedarnos de brazos cruzados pensando y dejando que sean otros los que realicen esta tarea. No. Somos todos. Cada uno aportando con su propia libertad dada por Dios y no como concesión de nadie, como lo lograremos”.

Existen hombres y mujeres capaces:

“También a menudo se escucha decir o hablar de la falta de liderazgos. Al respecto hemos de recordar y reconocer que en Nicaragua hay grandes hombres y mujeres capaces, honrados, honestos y que sin ambición ni haciendo alardes, o propagandas, piensan en la Patria. El pueblo está a la expectativa y los espera y tendrá que llegar el momento para que los identifiquemos y digamos: esos son, porque los verdaderos lideres vienen de la discreción, de la prudencia, del silencio, vienen del desierto. De ahí vendrán esos hombres y mujeres. De ahí surgirán esos liderazgos nuevos”.

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“Así juntos, todos los nicaragüenses, sin exclusión, podremos sentarnos a la mesa para trabajar hombro a hombro, codo a codo, dando lo mejor de sí, no atesorando para nosotros sino pensando en las futuras generaciones y en las grandes mayorías que son los pobres. Sólo se auto excluirán de esa fiesta de hermanos, quienes movidos por el egoísmo, la envidia y la ambición no puedan ser capaces de despojarse de sus visiones cortoplacistaz y piensen única o primeramente en sus intereses personales o particulares. Trabajemos hermanos por la Nicaragua que todos queremos y anhelamos porque una Nicaragua así, es posible”.

Diócesis Media.