“Los verdaderos libertadores son respetuosos, saben caer en tierra como el grano de trigo, se bajan de las alturas si es que estuvieran en ellas, para caminar con el pueblo”, dijo Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, durante la homilía el domingo 21 de marzo, V domingo de Cuaresma en la Iglesia Catedral San Pedro Apóstol de la Diócesis de Matagalpa, donde en su mensaje inspirado en el Evangelio proclamado, dijo:
“Los nicaragüenses estamos asistiendo a lo que pareciera una campaña preelectoral, interesante ejercicio si se hace con humildad, con respeto. Lo hemos dicho insistentemente: Los verdaderos liberadores vienen del desierto, no se auto presentan como ungidos y mesías, no se auto presentan como los salvadores, no necesitan presentarse así, tampoco en pedestales ni como los incuestionables, ni se les suben los sumo pensando que lo último que falta buscar es a su segundo, presentándose como auto referentes o auto referenciales, como si todo lo dieran por un hecho y pensando que el resto tienen que estar en torno a ellos”.
“Los verdaderos libertadores son respetuosos, saben caer en tierra como el grano de trigo, se bajan de las alturas si es que estuvieran en ellas, para caminar con el pueblo, compartir y convivir con el pueblo y sintiéndose pueblo, no agitan ni embravecen las aguas de los mares, sino que saben proponer sus ideas y pensamientos con claridad, serenidad, profesionalidad sin atacar ni descalificar, antes bien dando razones de lo que piensan y proponen”.
Que el Señor nos conceda a los nicaragüenses estar atentos para los momentos decisivos de nuestra historia y poder construir una gran nación, una nueva Nicaragua donde todos sin excepción estemos sentados a la mesa y sean los pobres , siempre los pobres quienes ocupen el lugar central. Así sea”.
Llamado a la humildad y obediencia:
Recordó que Jesús en el texto del día llama a seguirlo “el que quiere seguirme que me siga”, seguirlo en el camino del abajamiento, de la humillación, “le tenemos miedo a la humillación, nos gusta que se nos vean los méritos, pero no nos gusta abajarnos… Quisiera darles una clave en el camino de la humildad: La obediencia”.
En esto recordó que se ha iniciado el viernes 19 de marzo el año de la Familia y se ha leído el texto donde Jesús es obediente a sus padres, regresa con ellos luego de estar en el templo con los doctores de la ley enseñándoles y contestando sus preguntas, es obediente, de ahí no se vuelve a saber nada de Jesús hasta que inicia a los treinta años su vida pública.
“La Virgen Santísima es obediente al decir: He aquí la esclava del Señor hágase en mi según tu palabra, y José es obediente al Ángel que lo instruye de salir con el Niño y con la Virgen, y luego regresar, es obediente, por eso seamos obedientes, los hijos a sus padres, el esposo a la esposa, de esto no se habla y menos en la cultura machista que el hombre también debe obedecer a su esposa, y los padres de familia también deben obedecer a sus hijos y los hermanos entre sí, todos estamos en un camino de obediencia, el sacerdote debe obedecer al Obispo, el Obispo al sacerdote también, muchas veces es necesario”.
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“Obedecer nos lleva a dar frutos, nos lleva a la gloria, a la paz, a la felicidad, aprendamos a vivir en la obediencia, como el de trigo que muere y da frutos en abundancia”, subrayó.
Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano
Diócesis Media.