Nicaragua: “No podemos cerrarnos o aislarnos de los demás”. Monseñor Rolando Alvarez

“En este camino que nos lleva a celebrar el Bicentenario, Nicaragua debe abrirse al concierto de las naciones y las naciones al concierto que debe existir en Nicaragua. No podemos cerrarnos o aislarnos de los demás y los otros no deben cerrarse o aislarse de nosotros”, dijo Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, durante la Santa Misa el domingo 5 de septiembre 2021, en la Iglesia Catedral San Pedro, Matagalpa.

Monseñor Rolando Alvarez en la Santa Misa el domingo 5 de septiembre 2021, en la Iglesia Catedral San Pedro, Matagalpa.

Lee el mensaje:

“Hoy decimos a Nicaragua: Effeta, que quiere decir “Ábrete”. Apertura a los demás, a sus opiniones y criterios, como expresión de una organización social plural. Precisamente abrirse al otro nos posibilita ser grande y constituirnos como nación porque del yo se pasa al tú y sólo así se construye el nosotros, respetando la dignidad de cada persona. Abrirse al de la otra acera, al de la otra cancha; abrirse sin miedo al que propone otros caminos de paz, de justicia y libertad.

Caminos de independencia, de autonomía, pero también de interdependencia. En este camino que nos lleva a celebrar el Bicentenario, Nicaragua debe abrirse al concierto de las naciones y las naciones al concierto que debe existir en Nicaragua. No podemos cerrarnos o aislarnos de los demás y los otros no deben cerrarse o aislarse de nosotros. Pero también, ese Ábrete, es una fuerte exhortación a abrirnos a las necesidades, sufrimientos y dolores de los que viven en carne propia el impacto de la pandemia, y de todos los que experimentamos las consecuencias de la crisis social, política y económica, escapando del egoísmo personal, social, político y económico, como si fuera una crisis que no nos afectará a todos.

Puedes leer: Nicaragua solo tiene dos caminos, recuerda Monseñor Rolando Alvarez

Abrirse para escapar al egoísmo y la cerrazón del corazón. Abrámonos unos a otros, sin exclusión ni exclusividades. Abrirse al respeto y el perdón para vivir en justicia y libertad. Sólo así podremos escuchar la voz del Señor que dice a los de corazón apocados u opacados: Ánimo, no tengan miedo. He aquí que su Dios… viene para salvarlos”.

Fotografías y redacción: Manuel Antonio Obando Cortedano.

Diócesis Media.