«No dejarse llevar por la soberbia y el orgullo», exhorta padre Francisco Reyes

El rencor, la cólera, venganza y el orgullo son cosas abominables ante la presencia de Dios, ha explicado el padre Francisco Reyes, párroco de San Antonio de Padua en la reflexión dominical del 13 de septiembre.

Retomando el mensaje de la primera lectura que afirma «Piensa en tu fin y deja de odiar”, el sacerdote ha pedido cuidar y trabajar el corazón ante esas cosas que son rechazadas por Dios: “En la sociedad actual se habla mucho, se ama poco y se odia mucho. Como cristianos hay que cuidar de no robarle la dignidad al prójimo”.

El cura párroco ha meditado sobre la corrupción del ser humano por lo que ha dicho que las enfermedades son un campanazo para “decirnos que en este mundo somos seres transitorios”.

«Las enfermedades son una voz que nos dicen que un día moriremos, que no somos de hierro, es recordarnos que tarde o temprano no estaremos en este mundo. El ser humano es el que se corrompe con facilidad», ha señalado el religioso.

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Así mismo el padre Francisco, meditó sobre la salud corporal y espiritual en la vida de los bautizados.

«Cuando hay algo que afecta espiritualmente, también el corazón es perjudicado cuando hablamos de salud, no sólo hablamos del cuerpo, sino que también abarca al alma. No odiemos al vecino, al compañero de trabajo o de estudios, no respiremos por las heridas que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas» exhorta.

El Evangelio de este domingo XXIV, del tiempo ordinario se refiere al perdón. El guía espiritual ha pedido a los católicos trabajar mucho para no caer en la soberbia, y no dejarse llevar por el orgullo.

«A veces no hemos delimitado nuestro trabajo, ¿Porque odiar al Obispo, al Párroco, a la enfermera, al conductor? Simplemente ellos hacen su trabajo, cada quien tiene su misión y responsabilidad en este mundo. Cuando hablamos de justicia creemos que los injustos son los de fuera, aprendamos a convivir con los vecinos, no le hagamos daño, aprendamos a querernos», manifestó.

Por: Oscar Danilo González.

Parroquia San Antonio de Padua.