El domingo 18 de octubre, XXIX del tiempo ordinario, el Padre Danny García de la Parroquia San Juan Bautista, recibió en la casa del Señor a los fieles de Muy Muy, que con entusiasmo asistieron a escuchar la palabra de Dios, y al celebrarse el domingo mundial de las misiones bajo el lema “Aquí estoy, envíame” el sacerdote junto a los feligreses pidieron por todas las personas que se dedican a tocar y transformar los corazones de la humanidad a través de la misión.
El Padre García al inicio y al final de la liturgia comparte indicaciones que ayudan a las familias para un mejor cuido en sus hogares e invitó a seguir siendo responsables ante la pandemia del Coronavirus, al momento de presentarse en el templo parroquial para cuidar de la salud de los presentes y evitar la propagación del virus.
La liturgia del domingo inició dando gracias a Dios por todas las personas que se dedican a misionar, que con sinceridad siguen los pasos de Jesús. Pidió a Dios para que siempre cuide e ilumine el caminar de los servidores del Señor y para que cada día nazca en los corazones de las personas el deseo de llegar a los lugares que más lo necesitan manifestando el amor de Dios. Al mismo tiempo exhortó a los fieles para que oren y recen por el esfuerzo misionero que se realiza en todo el mundo.
En el desarrollo de la homilía el Padre Danny García, explicó la diferencia entre Dios y el César: “El César era considerado como un Dios , se le daba culto, hacia creer a los demás que él era el único Dios y llegó a tal punto de decir que se le tenia que alabar y adorar para recibir beneficios, pero el César era una persona común y Jesús nos regala una respuesta clara y correcta: El César no es un Dios… Hermanos es allí donde nos damos cuenta lo bonito de reconocer a Dios como nuestro verdadero salvador”, dijo.
¿A quién creo que le pertenezco?
“El César nos ofrece cosas materiales, pasajeras y banales que en nuestra realidad de pandemia nos dimos cuenta que poco a poco se van y que no las necesitamos, en cambio nuestro buen Dios nos regala corazones llenos de fe que nos lleva a recordar que le pertenecemos porque es un Dios de amor, de misericordia y que desde el primer momento nos amó, y lo demostró al crearnos a imagen y semejanza de él, por tal razón le pertenecemos a Dios, no al mundo”.
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“Recordemos que vale la pena entregarle nuestra vida a Dios pues viviremos con alegría y gozo porque estamos acompañados del salvador y encontraremos el cielo prometido así como lo encontró el beato Carlo Acutis, un joven que su vida estuvo llena de sabiduría al elegir el camino del Señor”, concluyó.
Redacción: Hilda Bermúdez.
Diócesis Media, parroquia San Juan Bautista, Muy Muy.