La comunidad San Antonio perteneciente a la parroquia Santa Lucía Ciudad Darío, recibió la visita pastoral de su párroco, padre Vicente Martínez la mañana del domingo 15 de noviembre del XXXIII del tiempo ordinario, donde invitó a reflexionar el Evangelio de San Mateo (25,14-30) preguntándo sobre “¿Que estoy haciendo con el talento que me dio el Señor?”.
También pidió valorar los dones que Dios entregó a cada uno, sin lamentarse por lo que se carece, alentando además a no desperdiciar la vida pensando sólo en si mismos.
Recordó que todos son bienhechores de una gran riqueza, que no depende de cuanto tengan en los bolsillos, sino de lo que son, del trabajo que realizan evangelizando en las parroquias, familias y comunidades, del bien que hacen y la caridad que ponen en práctica cada día, del bien que hay en ellos, de la belleza irreemplazable que Dios ha dado, porque son hechos a su imagen, «cada uno de ustedes es precioso a sus ojos, único e irrepetible en la historia”, dijo.
«¡Que yo pudiera, ojalá Dios me lo diera!
Lamentó que en demasiadas ocasiones, cuando el ser humano ve su propia vida, ve sólo lo que tienen los otros, entonces caen en la tentación de decir «¡Que yo pudiera, ojalá Dios me lo diera!: ojalá tuviera ese trabajo de mi vecino, ojalá tuviera esa casa, esa finca, ¡ojalá! tuviera riquezas, éxito y ojalá no tuviera ese problema, ojalá tuviera mejores personas a mi alrededor!… La ilusión del pudiera nos impide ver lo bueno y nos hace olvidar los talentos que tenemos”.
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Finalizó expresando que Dios invita a ser buenos, a vencer el temor, el miedo, el decir “yo no puedo”, con la valentía del amor que todo lo supera, a superar aquello que hace vivir conforme, aquellos que convierte en perezosos acomodados y cómplices de gente acomodada. “Amigos la mayor pobreza que hay que combatir es nuestra carencia de amor”.
Redacción: Josary Vargas.
Diócesis Media, parroquia Santa Lucía.