En la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Matiguás, este Domingo XII del tiempo Ordinario en las dos celebraciones Eucarísticas el párroco, padre Raúl Francisco Villegas, insta a no perder la Fe, “Jesús está allí y como los apóstoles pregúntale: ¿Señor no te importa que nos hundamos? Háblale es decir búscalo y él actuará a su tiempo”, mencionó.
En el auditorio parroquial se continúan realizando las Santas Misas, recibiendo a los feligreses cumpliendo con las medidas sanitarias anti-COVID-19, con un ambiente acogedor y disponibilidad por parte de los presentes cuidando de su salud.
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Durante la homilía el Padre Villegas reflexionó sobre la pregunta que los apóstoles se hacen: ¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen? Dios controla, domina el cosmo y el universo. La palabra de Dios en este día “nos presenta al Rey del Universo, dueño de la Naturaleza”.
Reconocer al Señor como el dueño de la vida:
“Recordemos hermanos que el mensaje de los Señores Obispos del Viernes del Sagrado Corazón de Jesús, va en esta línea: ¿Cuántas personas, familias en el mundo entero, en Nicaragua dicen ya Dios se fue? Porque no lo ven, no miran los prodigios de Dios, todo me sale mal, cuántos están enfermos, migrando, no ven los milagros que solicitan y hoy te digo: Cree, confía y no pierdas la esperanza. Sería bueno preguntarnos: ¿Sólo espero milagros del Señor? No será que nos hace falta postrarnos con todo el corazón, reconocerlo como el dueño de la vida y permanecer en oración”, señaló el religioso.
“Veo un detalle: Jesús dormía; no sólo nosotros los católicos estamos inclinados a esperar un Dios majestuoso, deslumbrante, en Latinoamérica desde México hasta Argentina lo llevamos en la sangre, venimos de pueblos prehispánicos que tenían muchas divinidades; el sol, la luna, las estrellas, estamos inclinados a un Dios que hace milagros, que domina la naturaleza, en el fondo conscientemente vamos buscado al Dios de los milagros, al Dios de los prodigios. Jesús iba dormido, se despierta, reprende al mar y sigue tranquilo, una vez más Dios responde al que le clama, le pide ayuda, es decir, lo involucra en su vida y podríamos hacer nuestra esta interrogante: ¿No te importa que me hunda?”, finalizó el sacerdote.
Redacción: Hermana Guadalupe de los Ángeles Guerrero, Misionera Serviam.
Diócesis Media – Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Matiguás.