“El pueblo de Dios está unido”. Monseñor Rolando Alvarez en Sébaco

 “El santo pueblo de Dios está unido sin fisura, en los principios morales que nos han sostenido de generación en generación, en el respeto innegociable al don de la vida, el respeto del matrimonio entre un hombre y una mujer, en el respeto a la familia”, recordó Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, durante la Santa Misa que presidió al amanecer del domingo 23 de mayo, solemnidad de Pentecostés en los predios del colegio San Luis, Sébaco, donde se está construyendo el templo María Auxiliadora.

Al final de la celebración el Obispo, acompañado por el padre Uriel Vallejos, párroco, y por el padre Sadiel Eugarrios, vicario de Catedral, bendijo la imagen de María Auxiliadora que presidirá el templo, esto en ocasión de las vísperas de esta festividad que la Iglesia celebra el 24 de mayo, por lo tanto el Prelado recordó el día en que se colocó la primera piedra para iniciar la construcción del templo, y deseó un día estar nuevamente todos reunidos, consagrando y bendiciéndolo.

En su mensaje explicó que con la solemnidad de Pentecostés no finalizan las fiestas pascuales, concluyen, porque finalizar y concluir es diferente, pues las fiestas pascuales siguen acompañando el caminar de la Iglesia en el año litúrgico.

El santo pueblo de Dios está unido sin fisura: Monseñor Rolando

Seguidamente expresó que el Espíritu Santo une, por lo tanto el santo pueblo de Dios está unido sin fisura, en los principios morales, “que nos han sostenido de generación en generación, en principio, el respeto innegociable al don de la vida, el respeto del matrimonio entre un hombre y una mujer, el principio al respeto a la familia como base de la sociedad, porque es en la familia donde se aprenden valores, donde aprenden a superar sus diferencias, a ser hombres y mujeres de palabra. Es en la familia donde una sociedad se juega el presenta y el futuro porque es ahí donde se va fraguando el país”, aseguró.

Nicaragüenses unidos en principios cívicos:

Seguidamente indicó que los nicaragüenses están unidos en los principios cívicos, que “yo los sintetizo como el amor a la patria, que es un amor fervoroso; la patria que no sólo es la tierra de lagos y volcanes, de ríos y quebradas, de montañas fructíferas, sino la patria que es la identidad, cultura, la forma de obrar lo que somos y tenemos. Ese amor a la patria nos sostiene en rezar, en orar, en sacrificarnos, en esforzarnos por construir juntos una Nicaragua mejor, una nueva Nicaragua que se le pueda heredar a los Niño y a los jóvenes”.

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“Yo me resisto en querer pensar en nacer, creer y morir en discordias, en discusiones, en un país que se levanta y que cae. Hermanos eso no es posible, yo me recuerdo desde que era niño, miembro de pastoral juvenil, cuando soñaba en una Nicaragua mejor, y ahora me veo a los 54 años en las mismas, eso no es normal, ven porque les digo que el amor a nuestro país es lo que nos une a los nicaragüenses, independientemente de la edad que tengas esperemos y trabajemos por una mejor Nicaragua, por una nueva Nicaragua”.

El pueblo está unido:

En este punto reiteró lo que dijo en Rancho Grande el 13 de mayo, que los líderes podrían estar divididos, pero el pueblo no está dividido y “sabemos lo que queremos, por eso se confunden los que pensando en la división de la clase dirigencial piensan que nosotros estamos confundidos y divididos, y esa unidad tiene que mantenerse, y para nosotros creyentes se manifiesta y sostiene porque Cristo es nuestra paz y nuestra esperanza”, indicó.

Monseñor Alvarez añadió que la fiesta de Pentecostés no sólo es la fiesta de la unidad, es la fiesta donde el Espíritu Santo viene a romper el miedo: “No tengan miedo hermanos”, el miedo se ha sepultado, “no tengan miedo… Se los he dicho muchas veces que esas tres tentaciones que atacan a los nicaragüenses siguen presente ahora en estos tiempos: La tentación del odio que es vencida con el amor, la tentación de la desesperanza que se vence con la esperanza para avanzar, y la tentación del miedo que paraliza, pero el miedo hoy es vencido, lo vence el poder del Espíritu Santo, y pienso que si hay una gracia sobrenatural, será porque con la fuerza del Espíritu Santo vence el miedo, miedo a nadie, temor, respeto solamente a Dios”, indicó.

María Auxilio de los cristianos:

Finalizó refiriéndose a la festividad de María Auxiliadora, explicando la historia donde en una ciudad en las afueras de Roma, el Papa en aquel entonces pide rezar el Santo Rosario a los cristianos, porque las tropas de turcos musulmanes venían contra los cristianos, y “vean que la unidad de los cristianos rezando el Santo Rosario logró vencer. Hermanos y hermanas recemos el Santo Rosario e invoquemos a María Auxilio de los cristianos y veremos la gloria de Dios, y aunque las estadísticas del mundo digan otra cosa, sigamos firmes en la esperanza porque la gloria de Dios, nos salvará”.

Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano.

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