SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Hoy es el segundo día de novenario en honor a nuestra patrona virgen de la Merced. Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.

Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN.
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.
¡Oh! Virgen Santísima de las Mercedes, Redentora de Cautivos y Reina de los cielos y tierra: Ante tu altar postrados, aquí estamos para solicitar tus auxilios y pedir tu bendición de Madre. No nos abandones. Ruega al Señor por nosotros y sigue ejercitando tu oficio de Patrona y abogada nuestra. Todo lo esperamos de Jesucristo en quien confiamos y de tu benigna y amorosa protección, que en tantas ocasiones nos ha librado del mal. Atiende a nuestra súplica y remedia la necesidad que en esta novena te presentamos. Amén.

DÍA SEGUNDO: NUESTRA SEÑORA CON SU GRACIA QUEBRANTA LAS CADENAS DE NUESTRAS CULPAS.
ORACIÓN DEL SEGUNDO DÍA.

Rey soberano, Padre de Misericordia y Dios de todo consuelo, que con la virtud de la vara de Moisés diste a conocer al Faraón la eficacia de tu Divino Poder, pues con ella fue quebrantada la dureza de aquel perverso corazón y consiguió la libertad tu pueblo escogido; humildemente te rogamos, por la intercesión de la virgen Santísima de la Merced, refrenes mis pasiones y ablandes la dureza de mi pobre corazón, para que, logrando con tu gracia quebrantar las cadenas de mis culpas, me vea libre de la esclavitud del pecado; y concediéndome la merced de tu caridad y justicia, me des también el don de la perseverancia final, para merecer y lograr la gloria eterna. Amén.

REFLEXIÓN DEL DÍA SEGUNDO: MARÍA, MADRE DE LA REDENCIÓN.
El hombre no puede vivir sin amor. Sin amor no se comprende a sí mismo; su vida no tiene sentido sin amor. Por eso el amor de Dios se hizo presente, se encarnó, fue revelado a los hombreasen Cristo a través del ministerio de la Redención.

Puedes leer:“Jesús nos dice que debemos de perdonar siempre”. Padre Danny García


María participa en este ministerio. Ella no es sólo el fruto admirable de la redención, sino que es también cooperadora activa en esta obra; convirtiéndose así en protagonista de la historia.
María es aquella virgen de quien dijo el profeta Isaías: “dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel”, que traducido significa “Dios – con – nosotros”, María colabora en la redención porque ha sido anunciada como Madre del Mesías esperado por Israel, el que redimiría a su pueblo de todos los pecados.


María es aquella que al dar con toda libertad su SI en la Anunciación, posibilitó que el amor de Dios se encarnara y se revelara a los hombres en Jesús de Nazaret. María colabora en la redención porque es Madre del Cristo, el redentor del mundo; porque a través de ella, Cristo Jesús se unió a todo hombre.
María es aquella que nos fue entregada en el calvario por Madre. María colabora en la redención porque como madre de los redimidos, cuida de sus hijos, privilegiando a los que sufren el dolor de la pobreza, la persecución, la cautividad, la opresión.
María es aquella a quien llamamos Santa maría de la Redención de los cautivos. María colabora en la recensión, por eso no se olvidó de sus hijos en cautividad, aquellos que se encontraban en poder de los enemigos del evangelio.
María es aquella que nos sigue mostrando a su Hijo, -camino, verdad y vida-. María colabora en la redención porque hace posible que los hombres se comprendan a sí mismos, y vivan una vida con sentido, al acercarlos a Cristo Redentor.
PRECES.
Oremos a Dios Padre que ha querido redimirnos por su Hijo Jesucristo, con la cooperación de María, y digámosle:
¡POR TU AMOR, REDÍMENOS SEÑOR!
 Señor, Tú que has puesto en el hombre la fuerza del amor, haz que con nuestras obras nos unamos a tu Hijo en la redención del mundo. Roguemos al Señor.
 Señor, Tú que por la aceptación libre de María pudiste realizar nuestra salvación de todo pecado y de la muerte, fortalece nuestra libertad para que colaboremos en la salvación de los hombres de hoy. Roguemos al Señor.
 Señor, Tú que hiciste fuerte a María en el dolor para que permaneciera de pie junto a la cruz de tu Hijo, concédenos la misma fortaleza para acompañar y sostener a los hermanos que más sufren. Roguemos al Señor.

Señor, Tú que bajo el nombre de la Merced nos muestras a María unida a todos los cautivos, vigoriza nuestra acción a favor de los perseguidos, los pobres y oprimidos. Roguemos al Señor.
Oración: Padre Misericordioso, que enviaste a tu Hijo para liberar a los hombres, cautivos del mal y del pecado, concede a nuestra familia mercedara socorrer con activa caridad a nuestros hermanos necesitados y guiarlos a la libertad que Cristo nos mereció en su sacrificio. Amén


COMPROMISO.

Me uniré al sacrificio redentor de Cristo ofreciendo un sacrificio, oración o comunión por aquellos que no pueden vivir con libertad su fe.


SALUTACIONES.

Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Hija del Eterno Padre y te consagro mi alma con todas sus potencias. Dios te salve, María…
Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Madre de Dios Hijo y te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos. Dios te salve, María…
Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Esposa del Espíritu Santo y te consagro mi corazón con todos sus afectos, pidiéndote que me obtengas de la santísima trinidad todos los medios y gracias que necesito para mi salvación eterna. Dios te salve, María… Gloria al Padre…).
En un momento de silencio pidamos la gracia que se deseamos obtener por intercesión de nuestra Madre santísima Nuestra señora de la Merced.


ORACIÓN FINAL.


Acudimos a ti, gloriosa madre de misericordia, para implorar una vez más tu auxilio, pidiendo la conversión de los pecadores, la estabilidad cristiana de la familia, la paz de tus hijos y el descanso eterno de nuestros queridos difuntos. Ruega por todos, Virgen bendita de las Mercedes. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡¡¡Viva Nuestra señora de la Merced!!!
¿Por quién Matagalpa es bendita? ¡Por Mercedes, nuestra patroncita!! ¡¡¡María de Matagalpa!!!