En la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, ocho días después de la Navidad el presbítero Uriel Vallejos celebró la Santa Eucaristía en la cancha del colegio San Luis, Sébaco y en la celebración de LV Jornada Mundial de la Paz. En su homilía explicó el significado de «Madre de Dios», Theotokos, es el título que se atribuyó oficialmente a María en el siglo V, exactamente en el concilio de Éfeso, del año 431, pero que ya se había consolidado en la devoción del pueblo cristiano desde el siglo III, en el contexto de las fuertes disputas de ese período sobre la persona de Cristo.
Además, en su mensaje el padre Uriel añadió que el título de Madre de Dios, tan profundamente vinculado a las festividades navideñas, es, por consiguiente, el apelativo fundamental con que la comunidad de los creyentes honra, desde siempre a la Virgen santísima: “Todos los demás títulos atribuidos a la Virgen se fundamentan en su vocación de Madre del Redentor, la criatura humana elegida por Dios para realizar el plan de la salvación, centrado en el gran misterio de la encarnación del Verbo divino”.
Diálogo entre generaciones para construir la paz:
Seguidamente el padre Vallejos, hizo mención sobre el LV Jornada Mundial por la paz manifestando que, en un mundo todavía amenazado por las garras de la pandemia, que ha causado demasiados problemas, algunos tratan de huir de la realidad refugiándose en mundos privados, y otros la enfrentan con violencia destructiva, pero entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible, el diálogo entre las generaciones.
“Dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos. Fomentar todo esto entre las generaciones, significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida”, dijo el padre Uriel.
Diálogo para los nicaragüenses:
También enfatizó que, para Nicaragua, el diálogo que no se restrinja a la vida pública y política, que se dialogue en los hogares, atenuando el uso virulento de la tecnología, en los puestos de trabajos, en las escuelas y en las comunidades parroquiales porque el diálogo es sinodalidad: “Construyamos juntos el futuro de la paz, hablando, conversando, deponiendo, perdonando y proyectándonos”.
Promover y asegurar el trabajo construye la paz:
“El trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien”, explicó el padre Uriel Vallejos.
Posteriormente el padre Uriel compartió que la situación del mundo del trabajo, que ya estaba afrontando múltiples desafíos, se ha visto agravada por la pandemia de Covid-19: “Millones de actividades económicas y productivas han quebrado; los trabajadores precarios son cada vez más vulnerables; muchos de aquellos que desarrollan servicios esenciales permanecen aún más ocultos a la conciencia pública y política; la instrucción a distancia ha provocado en muchos casos una regresión en el aprendizaje y en los programas educativos”.
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Finalizó su mensaje pidiendo que el nuevo año, iniciado bajo el signo de la Virgen María, les haga sentir más vivamente su presencia materna, de forma que, sostenidos y confortados por la protección de la Virgen, puedan contemplar con ojos renovados el rostro de su Hijo Jesús y caminar más ágilmente por la senda del bien.
Redacción: Alexandra Chavarría
Diócesis media Parroquia Divina Misericordia, Sébaco.
Fotografía: Brayan Ramirez