“El tesoro para el cristiano es Dios, Dios el bien supremo por el cuál hay que trabajar en la vida», recalcó el Presbítero Vicente Martínez, párroco de la Parroquia Santa Lucía, Darío, a la feligresía que se reunió para vivir la Santa Misa sabatina de la 11ª semana del Tiempo Ordinario.
«Hermanos ante el deseo de las posesiones, de los bienes materiales que son efímeros y a veces lo miramos como lo más importante en la vida Jesús nos recuerda que hay tesoros que el tiempo no corre, ni pierden y esos son los tesoros del cielo, es decir, el tesoro para el cristiano es Dios, Dios es el bien supremo por el cual tenemos que trabajar en nuestra vida sin dejar a un lado las realidades del mundo que si no trabajamos no comemos», aseguró el Padre Vicente.
Más adelante constató que las cosas materiales son necesarias para vivir y por ello en el mundo de hoy el hombre vive enfermo porque hay mucha preocupación por la vida pasajera pero no hay preocupación por la vida eterna, y Jesús hoy en el Evangelio brinda unos consejos que ayudan a vivir una vida tranquila, una vida en la que no padecerán ninguna enfermedad, en la que serás feliz:
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«Sabemos que mucha gente tiene dinero, pero no son felices yo me fijo en las grandes casas, en los grandes castillos y que bonito ese castillo, pero sin Dios, en ese castillo vive gente sola, triste, que se van envejeciendo y sin hacer nada en la vida», manifestó el padre Vicente.
Por consiguiente, preguntó: «¿Cuánta gente se esmera por vivir una vida llena de bienes materiales? ¿Cuánta gente dedica su tiempo al mundo y se olvida de Dios? Hermanos las cosas de la tierra se marchitan, se deterioran, pierden el valor y tu corazón también se marchitará, se cansará, se secará y sufrirás el vacío de las cosas. Si tú tesoro son las cosas materiales, perderás la riqueza de Dios porque Dios es la verdadera paz, el verdadero gozo para poder vivir».
En este sentido dijo que Jesús anima a buscar primero el reino de Dios por qué lo demás se te dará por añadidura: «Pero los seres humanos hacemos todo lo contrario, primero las cosas de la tierra, primero limpiar la casa, primero el trabajo y por último vamos al Señor, lamentablemente a mucha gente la enfermedad, los problemas, las situaciones familiares como las económicas los alejan de Dios, pero con el tiempo los llevan a reflexionar sobre la vida».
Concluyó diciendo que la vida no es para vivirla de una manera loca o desordenada: «La vida no es para vivirla de una manera en la cual pareciera que quiero ingerir el mundo y que será el mundo el que me ingiere a mí… Dios te dice que el Reino de Dios es para nosotros perdón, tenemos que preocuparnos por buscarlo, por trabajar y luchar por él».
Redacción: Zenelia Cordero Martínez
Diócesis Media Parroquia Santa Lucía, Darío.