Lectura y Evangelio del Día

Lectura y Evangelio del Día, 05 de febrero del 2021

PRIMERA LECTURA
Lectura de la Carta a los Hebreos 13, 1-8

Hermanos: Conserven el amor fraterno y no olviden la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles.

Acuérdense de los que están presos, como si estuvieran presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvieran en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los libertinos y adúlteros Dios los juzgará. Vivan sin ansia de dinero, contentándose con lo que tengan, pues Él mismo dijo: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”; así tendremos valor para decir: “El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?”.

Acuérdense de sus dirigentes, que les anunciaron la Palabra de Dios; fíjense en el desenlace de su vida e imiten su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.    Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 26
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
• El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?R/.
• Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R/.
 Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca.R/.
 Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches. R/.

EVANGELIO
Del Evangelio según san Marcos 6, 14-29

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de Él. Unos decían: “Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en Él”. Otros decían: “Es Elías”. Otros: “Es un profeta como los antiguos”. Herodes, al oírlo, decía: “Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”.
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: “Pídeme lo que quieras, que te lo doy”. Y le juró: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. Ella salió a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?”. La madre le contestó: “La cabeza de Juan, el Bautista”. Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: “Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista”.
El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra del Señor.

Lectura y Evangelio del Día

Puedes Leer:Parroquia de Muy Muy celebra a Nuestra Señora de Candelaria