PRIMER DÍA DE LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Iniciemos este primer día de novena a Nuestra Señora de la Merced diciendo:

¡Ave María Purísima! ¡sin pecado concebida¡

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.

 Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN:

 ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

¡Oh! Virgen Santísima de las Mercedes, Redentora de Cautivos y Reina de los cielos y tierra: Ante tu altar postrados, aquí estamos para solicitar tus auxilios y pedir tu bendición de Madre. No nos abandones. Ruega al Señor por nosotros y sigue ejercitando tu oficio de Patrona y abogada nuestra. Todo lo esperamos de Jesucristo en quien confiamos y de tu benigna y amorosa protección, que en tantas ocasiones nos ha librado del mal. Atiende a nuestra súplica y remedia la necesidad que en esta novena te presentamos. Amén.

DÍA PRIMERO: NUESTRA SEÑORA DESDE EL PRIMER INSTANTE DE SU VIDA FUE COMO ZARZA MILAGROSA

 ORACIÓN DEL PRIMER DÍA:

Señor, Dios Omnipotente y Misericordioso, que así para librar a tu pueblo escogido de la esclavitud de Egipto hablaste a Moisés en el monte Horeb, desde una zarza que ardía sin consumirse, así mismo hablaste en Barcelona al Patriarca San Pedro Nolasco para que rescatase a los cautivos cristianos, siendo la mensajera tu Santísima Madre, la Virgen María, que bajó del cielo y desde el primer instante de su vida fue como zarza milagrosa, pues jamás la tocó la llama de la culpa, ni perdió la hermosura de la gracia, ni su original pureza; te ruego que por la intercesión de la misma Santísima Madre tuya, no se abrase mi cuerpo en las llamas de la impureza, ni se manche mi alma con el pecado  de la sensualidad, para que, a imitación de esta celestial Señora, exhale mi corazón fragancias de pureza. Amén.

REFLEXIÓN DEL DÍA: SANTA MARÍA DE LA MERCED O DE LA MISERICORDIA:

En el rostro de María de la Merced hay un algo especial que, al contemplarla, no puede dejar de llamar nuestra atención. Ese algo es la ternura entrañable que se refleja en su mirada y en el gesto de sus manos abiertas en señal de don o de acogida. María es ternura y por eso, nadie mejor que ella, puede mostrar a los hombres la misericordia infinita de Dios.

 Sí, la ternura de María manifiesta la misericordia de Dios. ¿Por qué? Sencillamente porque la misericordia es la ternura que anida en un corazón y lo desborda experimentándose en forma de compasión, perdón o ayuda hacia otros.

 Esta es la experiencia que Israel tiene de Dios, la de un Padre lleno de ternura., rico en misericordia, que no cesa de salir en socorro del miserable y del afligido, del huérfano y la viuda; que no deja sin respuesta el clamor de su pueblo oprimido en Egipto; que perdona las infidelidades de Israel mostrando así su ternura y amor generoso; que no busca la muerte del pecador, sino que cambie de conducta y viva.

 Esta es la experiencia que nosotros tenemos de Dios, la del Dios del amor misericordioso, que no dudó en enviarnos a su Hijo, quien sufrió la muerte y muerte de cruz para que nosotros tuviéramos vida para siempre. Y esta es la experiencia que tenemos de María: la de la mujer misericordiosa que con ternura maternal va en ayuda de sus hijos más pequeños, aquellos que sufren, aquellos que lloran.

 Y María de la Merced nos habla de ese aspecto de maría: su misericordia; pero más precisamente de su misericordia redentora porque vista, consuela y libera. María de la Merced hace presente entre los hombres la misericordia de Dios consolando al perseguido, redimiendo al que sufre opresión, al que está en cautividad; situaciones estas que ponen al hombre en peligro de perder el don precioso de la fe, a la vez que niegan su dignidad.

PRECES:

Oremos a Dios Padre que por su infinita misericordia nos ha justificado en su Hijo Jesús, nacido de María Virgen, y digámosle:

ACUERDATE, SEÑOR, DE TU MISERICORDIA.

Señor, Tú que nos has revelado tu misericordia en cristo, concede a tu iglesia ser testimonio de esa misericordia ante las necesidades y sufrimientos de la gran familia humana. Roguemos al Señor.

Señor, padre rico en misericordia, que rescataste a tu pueblo de la esclavitud de Egipto, no olvides hoy a tus hijos que son perseguidos a causa de tu nombre. Roguemos al Señor.

Señor, Tú que privilegiaste al huérfano y a la viuda, mira con amor a los pobres, a los que están en cautividad, a los oprimidos; sana sus males, aumenta su esperanza, fortalece su fe. Roguemos al Señor.

Señor, Tú que haces presente tu amor misericordioso entre los hombres a través de María, ayúdanos a amarla y a imitarla siendo misericordiosos. Roguemos al Señor.

Oración:

 Señor, por intercesión de María, nuestra madre, imploramos tu misericordia. Escucha nuestras súplicas, haz presente en nuestro mundo tu amor, que es más fuerte que el pecado y que la muerte. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

COMPROMISO:

 Ser misericordioso como lo es Dios, como lo es María, tratando de ser compasivo y amable, de estar pronto a perdonar, interesándonos por aquellos más necesitados y buscando la manera de ayudarlos.

SALUTACIONES:

 Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Hija del Eterno Padre y te consagro mi alma con todas sus potencias. Dios te salve, María…

Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Madre de Dios Hijo y te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos. Dios te salve, María…

Yo te venero con todo el corazón, Virgen Santísima de la Merced, sobre todos los Ángeles y Santos del Paraíso, como Esposa del Espíritu Santo y te consagro mi corazón con todos sus afectos, pidiéndote que me obtengas de la santísima trinidad todos los medios y gracias que necesito para mi salvación eterna. Dios te salve, María…

Gloria al Padre…).

En un momento de silencio pidamos la gracia que se deseamos obtener por intercesión de nuestra Madre santísima Nuestra señora de la Merced.

ORACIÓN FINAL:

 Acudimos a ti, gloriosa madre de misericordia, para implorar una vez más tu auxilio, pidiendo la conversión de los pecadores, la estabilidad cristiana de la familia, la paz de tus hijos y el descanso eterno de nuestros queridos difuntos. Ruega por todos, Virgen bendita de las Mercedes. Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡¡¡Viva Nuestra señora de la Merced!!!

 ¡¡¡María de Matagalpa!!! ¡¡¡Renovados a la luz!!!

Solemnidad en Honor a la Virgen de Merced:

Sábado 24 de septiembre.

5:30 AM: Serenata en honor a Nuestra Señora de la Merced.

6:00 AM: Santo Rosario de la Aurora.

7:00 AM: Santa Misa matutina Solemne.

10:00 AM: Misa solemne en Honor a Nuestra Señora de la Merced.

12:00 MD: Santa Misa Solemne.

04:00 PM: Santa Misa Solemne.