Oraciones para encender en casa la tercera vela de la Corona de Adviento

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros.

 Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona de Adviento. El Señor está más cerca de nosotros y nos ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas veces está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.

Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?»

Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo». Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?»

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Él les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado». Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?»

Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada».

Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga».

Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva».

Palabra del Señor.

Encendamos la tercera vela de nuestra corona. Cantemos ven dulce amado mío.

Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación.

Ofrecemos este tercer domingo de Adviento por las familias que el Señor por intercesión de la Virgen de la Dulce espera les conceda esperanza, en medio de las situaciones difíciles que viv3 el mundo y Nicaragua, por ello digamos Padre nuestro…

Ave María.

Gloria al Padre…

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.