En Adviento: “Una amistad con Dios a través de la oración”, Padre Luis Hernández

En la segunda semana de adviento, tiempo de preparación para Navidad, el Padre Luis Hernández Guzmán presidió la Santa Eucaristía el jueves 10 de diciembre, acompañado por seminaristas y ministros extraordinarios de la comunión, el sacerdote pidió por todos los fieles para que recordaran lo especial que es el día jueves y que siempre que tengan la oportunidad vivan un momento especial con Jesús Sacramentado, más aún en el tiempo de Adviento, intensificando la oración.

Tenemos que luchar para ser auténticos y originales:

El presbítero Hernández centró su homilía en el santo Evangelio, preguntando: “¿Qué es lo que hacía grande a Juan Bautista? ¿Su traje de cuero? ¿Su alimentación con animales y miel silvestre? ¿Su cinturón de cuero? No, lo que hizo grande a Juan, fue la coherencia entre su prédica y su vida, fue su autenticidad.

El ser humano contemporáneo carece de autenticidad, bien lo ha dicho el beato Carlo Acutis: Nacemos originales, pero morimos como fotocopia. Por lo tanto, hermanos, tenemos que luchar para ser auténticos, originales, sin dobles. Si lo logramos, el señor dirá de nosotros lo que dijo de Juan Bautista; expresará que somos grande, pero no con la grandeza reconocida por este mundo, sino la verdadera grandeza; esa que se logra haciéndose servidor de todos, perdonando y amando como un niño”.

La virgen María, un ejemplo de pequeñez:

“Creo que es importante detenerse en el siguiente aspecto: El más pequeño en el reino de los cielos, es más grande que él. Llama la atención esa afirmación, porque a menudo solemos sobrevalorar los grandes puestos y subestimar los pequeños. Jesús, en ese trozo evangélico nos dice que en el reino de Dios no es así; para él, el más pequeño, es el más grande. Un ejemplo de esa pequeñez de la que habla el Señor en este Evangelio, es nuestra madre la Virgen María, ella se hizo su esclava, por eso fue exaltada en el reino de Dios”, indicó el Padre Hernández.

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El Pbro. Hernández al finalizar recordó que sin una amistad con Dios, a través de la oración, es imposible llegar a poseer esa pequeñez de la que habla Jesús.

Redacción: Padre Luis Hernández.
Diócesis Media, parroquia San José, Matiguás.