“¿Qué rostro colocaremos ahora a Cristo muerto y calcinado?”, es una pregunta que se hace un Delegado de la Palabra de la zona rural de la Diócesis de Matagalpa, quien muy consternado por lo sucedido el 31 de julio en la capilla de la Sangre de Cristo, de la Catedral Metropolitana de Managua, escribió unas sencillas pero profundas estrofas manifestando que el rostro del Cristo calcinado, es el rostro del pueblo sufriente.
Aquí esta pequeña pero enriquecedora reflexión:
La Sange de Cristo ha sido quemada, su cuerpo todavía sigue colgado en la Cruz; un momento, el rostro de esa imagen se quemó, no está, hemos visto que quedó un lugar vacío en ese cuerpo calcinado.
¿Qué rostro colocaremos ahora a esa imagen de Cristo Muerto y quemado?.
☆El rostro de la madre que sufre la muerte de un hijo asesinado por la corrupcion.
☆El rostro de un trabajador obligado a ejercer lo que no debe.
☆El rostro del niño que pide en las calles.
☆El rostro del sacerdote que mira el maltrato a su pueblo.
☆El rostro del joven que emigra por ser perseguido al no estar de acuerdo por las injusticia en su país.
☆El rostro del que no tiene empleo, que llora por desesperación.
☆El rostro de los que sufren causa de la pandemia.
☆El rostro del pueblo nicaragüense esperando una Resurreccion gloriosa.
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Esta es una de las muchas reacciones que después del atentado el 31 de julio, se manifestaron hacia el Cardenal Leopoldo Brenes y la Arquidiócesis de Managua, quienes han emprendido jornadas de oración y desagravio ante estos hechos y otros que en las últimas semanas se han intensificado en el país.
Escrito por un Delegado de la Palabra, de la Diócesis de Matagalpa.