Octavo día del novenario en honor a la Inmaculada Concepción de María

En el Octavo día de la Novena en honor a la Inmaculada Concepción de María digamos: Por la señal de la santa Cruz de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

ACTO DE CONTRICIÓN:

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, solo por quien sois, porque os amo sobre todas las cosas, conociendo lo mucho que he pecado por mi culpa, una y mil veces, digo que de haberos ofendido me pesa; misericordia Dios mío, misericordia. Propongo firmemente la enmienda de mi vida, ayudado por vuestra divina gracia, Amén.

 INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra. Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 PARA DAR LUZ INMORTAL SIENDO VOS ALBA DEL DIA SOIS CONCEBIDA MARIA SIN PECADO ORIGINAL.

ORACIÓN:

 ¡Oh Reina Purísima de los ángeles y de los hombres! Mil gracias y alabanzas te damos porque a la puertas de la vida hallaste la dracma preciosa que perdimos todos en nuestro primer principio, hallando la gracia que te salió al encuentro ya la Divinidad que te esperaba en los umbrales de la naturaleza tomando tus potencias en el primer Instante de su ser, al nobilísimo objeto que las estrenó porque se creaban solo para El. Te rogamos, Purísima Señora, que, pues no hubo en tu Purísima Concepción ser sin conocer a Dios, ni conocimiento sin amor ni amor sin merecimiento, nos concedas conocer a nuestro Buen Padre Dios para que conociéndole le amemos, amándole le poseamos y poseyéndole le gocemos por toda la eternidad. AMEN.

LECTURA DEL OCTAVO DIA:

Lectura bíblica (A. 12,1-6.10.17). Apareció una señal portentosa en el cielo: Una mujer vestida del sol, la luna por pedestal y coronada con doce estrellas. Estaba en cinta y gritaba porque iba a dar a luz. Apareció otro portento en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo la tercera parte de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse al niño en cuanto naciera.

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La mujer dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. El niño fue arrebatado y lo llevaron junto al trono de Dios. Mientras tanto, la mujer escapaba al desierto. Se oyó una gran voz: Ya llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios y el mando de su Mesías.

Despechado el dragón por causa de la mujer, se marcho a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús. PALABRA DE DIOS.

Canción:

 Ya la Iglesia militante

 celebra con atención

 que sois en la creación

pues, limpia y radiante

desde aquel primer Instante

punto físico y real.

SOIS CONCEBIDA MARÍA, SIN PECADO ORIGINAL.

CONSIDERACIÓN:

Consideremos cómo los cristianos guiados por el Espíritu Santo, honramos con filial afecto de piedad a la Virgen Inmaculada como a Madre amantísima. Ella nos dio a luz entre dolores al pie de la cruz. Esta maternidad de la Purísima sobre nosotros no termina nunca.

 Ella nos cuida mientras peregrinamos por este mundo para animarnos en los momentos de peligro y de angustia y nos fortalece para luchar contra el mal y para lograr la fraternidad universal hasta que seamos llevados a la Patria feliz.

La Purísima es como la señal que gula siempre a la Iglesia para que sea fiel a Jesús.

 Alegrémonos al pensar que en la Iglesia Católica tenemos una verdadera Madre que es la misma Madre de Cristo.

 Procuremos tomar en serio nuestra pertenencia a la Iglesia. No faltemos a la Misa Dominical y hagamos todo lo posible por participar en las actividades que se organicen en nuestra Parroquia.

(Aquí se puede rezar el ROSARIO, se hace la PETICIÓN y se cantan las TRES AVE MARÍAS. Después se dice la oración del día).

LAS TRES AVE MARÍAS:

Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE MARÍA.

 Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o error. DIOS TE SALVE MARÍA.

Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE MARÍA.

ORACIÓN DEL OCTAVO DIA:

Señor Jesucristo, Mediador nuestro delante del Padre, que constituiste a la Inmaculada Virgen María, Madre tuya, para que fuera también Madre nuestra y Medianera delante de Ti haz que todos los que acudimos a Ti para pedirte beneficios, nos alegremos de conseguirlos todos por Ella. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. AMEN.

La jaculatoria para este día será: ¡MADRE NUESTRA: TU ERES EL HONOR DE NUESTRO PUEBLO!

ORACIÓN FINAL:

Bendita y alabada sea la sacrosanta e Individual Trinidad de nuestro gran Dios y Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres Personas distintas y un solo Dios verdadero; en quien creemos, a quien amemos de quien esperamos el perdón de nuestras culpas y la salvación eterna por su Infinita misericordia; bendita sea porque creó a Nuestra Señora, la siempre Virgen María, exenta, pura y limpia de toda culpa original, en el primer Instante de su ser natural, Amén. Jesús, María y José.

BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

AVE MARÍA PURÍSIMA. SIN PECADO CONCEBIDA.

EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.

 ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María!

 ¿María de Nicaragua? ¡Nicaragua de María!

¿Matagalpa de María? ¡María de Matagalpa!

 ¡Que viva la Virgen María! ¡Que viva!