Testimonio de un joven ilusionado por ser sacerdote

El testimonio de un joven ilusionado por ser sacerdote pero limitado al vivir en una comunidad lejanas a la ciudad, cursando apenas segundo grado de primaria a los 13 años de edad, fue comentado este domingo 18 de octubre, por Anibal Manzanares, seminarista de la Diócesis de Matagalpa que cursa su último año de formación.

Bajo la sombra de los árboles, entre banderines de color amarillo y blanco, los fieles de la comunidad Las Delicias, perteneciente a la parroquia Santa Lucía en Ciudad Darío, participaron de la Misa en el Domingo Mundial de las Misiones, por lo tanto el párroco, padre Vicente Martínez, al reflexionar el Evangelio del día, animó a los misioneros a contin uar perseverando, anunciando la palabra de Dios e invitó a compartir su testimonio a Aníbal, originario de la comunidad de Tierras Blancas, parroquia San José Obrero El Tuma, quien en tiempos de pandemia vive el último año de formación en Darío.

Pequeñez, humildad y testimonio como la de la Virgen:

«El Señor hoy se fija en nuestra pequeñez, en la humildad, al igual que en la Virgen María y nos llama a un encuentro personal con él, desde nuestra vocación, por eso hermanos en lo que cabe desde mi experiencia vocacional desde muy pequeño comencé a servirle al Señor, era mi abuelita que me llevaba a la capilla de mi comunidad para escuchar la palabra de Dios, luego participé en el catecismo y es ahí donde fue creciendo en mí el llamado a la vocación sacerdotal«, expresó el joven.

«Me gustaba que llegaban los sacerdotes pero lo que no me gustaba era que llegaban casi una vez al año, fue ahí que despertó en mí aún más la ganas de entregar mi vida a Dios, pensaba: ¿cómo voy a hacer si soy de una familia sencilla y pobre? Además mis estudios los inicié tarde, entonces yo creía que nunca llegaría al seminario por mis condiciones económicas”.

El llamado del Señor:

“A los 13 años de edad, llegó la invitación en una visita realizada por el padre Dámaso Suazo a mi comunidad, quien me preguntó: ¿Vos muchacho te gustaría entrar al Seminario? Y entonces le dije: Me gustaría pero apenas tengo 13 años y curso segundo grado de primaria, pues como bien conocemos todo joven normal, con mucha ilusión y pocas ganas de estudiar no le tomaba interés a las clases, porque mi mayor pasión era visitar la iglesia y no enfocarme en los estudios… El padre me respondió: Bueno yo te invito».

«Ante tanta animación por parte del sacerdote, me propuse terminar mi sexto grado, mi secundaria, aúnque en cierto punto el estudiar secundaria en el turno dominical fue un sacrificio, porque tenía que dejar de ir a la celebración de la palabra para recibir la educación y formarme para entregar mi vida al servicio de Dios, y así poder entrar al seminario menor en el año 2012. Ahora gracias a Dios estoy en el último año de formación», cuenta el joven.

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Dios mediante el próximo año iniciará su etapa pastoral para ser admitido a las órdenes sagradas y recibir la ordenación diaconal y sacerdotal, fue parte de su testimonio.

Redacción: Josary Vargas y Manuel Antonio Obando Cortedano.
Diócesis Media.