El padre Vicente Martínez expresó en su homilía del XIX Domingo del Tiempo Ordinario en Parroquia Santa Lucía en Ciudad Darío, que el cristiano necesita alimentarse de la palabra, de la eucaristía, de la oración, porque si no ora, no lee la palabra y no se alimenta de la eucaristía va a cansarse caminando.
El padre Vicente inició compartiendo lo triste que es la vida cuando no se está con Dios: «Uno se cansa y no mira los frutos del cansancio, en cambio cuando en la vida se hace la voluntad del Señor se trata de llevar una vida honesta, esforzada, llena de valores morales y evangélicos, uno se cansa, pero sí se ven los resultados del cansancio, que son los frutos de la conversión», manifestó.
La vocación del cristiano es heredar una bendición:
«Para llevar una verdadera vida cristiana se necesita desterrar de nosotros la aspereza, la ira, la indignación, los insultos, la maledicencia, recordemos lo que nos decía el mismo apóstol San Pablo en la lectura del domingo pasado, nuestra vocación no es condenar, no es heredar maldiciones, la vocación del cristiano es heredar una bendición e incluso dice Jesús: Amen a sus enemigos, oren por quienes los persiguen, por el que los calumnia, por quienes los difaman, por quienes les levanta falsos testimonios, sin embargo el ser humano puede caer en la tentación de condenar a las personas sin darnos cuenta que nuestra vocación es heredar una bendición, lo que invita a ser buenos, comprensivos y a vivir como Cristo«, explicó el padre Vicente.
«Las personas tienen que darse cuenta que lo esencial de cada ser humano es tener comunión con Dios y tener comunicación con él, orar e incluso por las personas que nos hacen daño porque en la vida hay personas buenas, pero también hay malas, y esto es el resultado, que no han conocido a Dios”, enfatizó el sacerdote Martínez.
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Lo que el mundo ofrece no salva:
«Jesús nos ofrece un alimento distinto a los demás, en el mundo hay muchas comidas, pero la única que tenemos que comer es la de Cristo, el mundo le puede ofrecer platos exquisitos, más eso no lo va a salvar porque el único que salva es Dios«, explicó el presbítero Martínez.
Además, finalizó diciendo que el alimento de la Eucaristía a los buenos les da vida y a los malos les da muerte, y que hay gente que se cree autosuficiente y dudan de Cristo que ha dado la vida, eso no permite que se mantenga la mirada puesta en Jesús que es lo primordial.
Redacción: Heather Ríos.
Diócesis Media, Radio Santa Lucía, Darío.