Noveno Día de la Novena al Espíritu Santo

Noveno Día de la Novena al Espíritu Santo, sábado 22 de mayo del 2021

En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

OFRECIMIENTO.

(Pide por una intención especial en tu necesidad).

ORACIÓN.

Ven, Espíritu Divino manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.

¡Oh Santo Espíritu, Espíritu Divino de luz y de amor! Yo te consagro mi inteligencia, corazón y voluntad, para el tiempo y para la eternidad. Que mi entendimiento sea siempre dócil a tus divinas inspiraciones y a las enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, de la cual eres Tú su guía infalible; que mi corazón esté siempre inflamado en el amor de Dios y del prójimo; que mi voluntad se conforme siempre con la divina Voluntad; que toda mi vida sea imitación plenamente fiel de la vida y virtudes de Nuestro Señor y Salvado Jesucristo, a quien, en el Padre y contigo, Espíritu Divino, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos (2,7).

“Dios dará la vida eterna a los que hace el bien sin vacilar, buscando el camino de la gloria, de la honra y de la inmortalidad.” Palabra de Dios.

MEDITACIÓN DEL DÍA.

EL ESPÍRITU DE MARTIRIO: ESPÍRITU ARDENTÍSIMO DE AMOR A JESUCRISTO.

¿Cuál es el espíritu del martirio? Es un espíritu que tiene cinco cualidades muy excelentes:

Es un espíritu de fuerza y de constancia, que no puede ser doblegado ni vencido por promesas ni por amenazas, ni por suavidad ni por rigor, y que solo teme a Dios y al pecado.

Es un espíritu de humildad muy profunda, que aborrece la vanidad y la gloria del mundo, y que ama los desprecios y las humillaciones.

Es un espíritu de desconfianza de sí mismo y de segurísima confianza en nuestro Señor Jesús, como en aquel que es nuestra fuerza y en cuya virtud lo podemos todo.

Es un espíritu de perfectísimo desprendimiento del mundo y de todas las cosas que son del mundo. Pues, lo que han de sacrificar su vida a Dios, deben sacrificarle todo lo demás.

Es un espíritu de ardentísimo amor a nuestro señor Jesucristo, que lleva a todos los que están animados de este espíritu a hacerlo todo y a sufrirlo todo por el amor de aquel que lo hizo todo y lo sufrió todo por ellos.

Consideración del día Noveno.

Terminamos hoy los nueve días dedicados a implorar la bendición del Espíritu Santo; hemos descubierto cada día los tesoros inagotables de amor que encierra la Tercer Persona de la Santísima Trinidad y que tiene preparado para derramar en las almas que le brindan morada permanente.

El Supremo interés de todo cristiano debe ser el perseverar en la gracias y ser fiel a Jesús hasta la hora de la muerte. Llamamos a esto: “La gracias de la perseverancia final.”

Siendo esta gracia un don inapreciable, ¿de quién ha de venir sino de Aquel que es “Don Altísimo de Dios?” Si de verdad habita en nuestra almas el Espíritu Santo, derramará todos sus dones sobre nosotros y serán ellos la mejor garantía de que perseveraremos hasta el fin. El cristiano de quien pude decirse que es “morada del Espíritu de Dios,” tiene que sentir la influencia bienhechora de sus dones divinos.

La influencia bienhechora del Espíritu de Dios se transparenta en el interés por conocer sus deseos divinos, en el esfuerzo por secundarlos, y en el cultivo sin desmayos de toda práctica virtuosa y santa. Con los rayos benéficos de sus dones, se perseverará hasta el fin.

Antífona: Espíritu divino, me entrego totalmente a ti para que tomes posesión de mí y me conduzcas en todas las cosas. Haz que viva como un hijo de Dios y miembro de Jesucristo; como quien ha nacido de ti y te pertenece en plenitud.

Oración para Implorar los Dones del Espíritu Santo.

Señor mío Jesucristo, que antes de ascender a los cielos, prometiste a tus apóstoles y discípulos enviar el Espíritu Santo para fijar en sus almas tu obra divina y redentora, te suplicamos: nos envíes a nosotros el mismo Santo Espíritu para que complete en las nuestras la obra de tus gracias y de tu amor.

Desciendan copiosos a nosotros sus dones celestiales: la Sabiduría, para despreciar las cosas perecederas del mundo y sólo anhelar las eternas; el Entendimiento, que ilumine nuestras mentes con la luz de las verdades; el Consejo, que nos dé acierto en la elección de los medios más seguros para agradar a Dios y merecer el cielo; la Fortaleza, que nos ayude a soportar las cruces de la vida y a superar los obstáculos que se opongan a nuestra salvación; la Ciencia, que da el conocimiento de Dios y de nosotros mismos y que los Santos poseyeron; la Piedad, que hace dulce y agradable tu servicio; el Temor reverente para con Dios y sus mandamientos y que conduce a evitar todo aquello que pueda desagradarle y ofenderle. Suplicándote, en fin, o dulce y amable Señor, que dejes impresa en nuestras almas la señal de tus verdaderos seguidores y un ardiente deseo de amarte sobre todas las cosas. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


Oración final.

Oh Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre, concédenos que los que han renacido por el agua del bautismo, tengan la misma fe en sus corazones y la misma piedad en sus acciones.

Oh Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de tus fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes por tu gracia, han recibido el don de la verdadera fe. Te suplicamos, oh Dios, que tu Santo Espíritu encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente fuera encendida.

Inflama, oh Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor, nuestros corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos creados y por cuya providencia somos gobernados.

Te suplicamos, oh Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo Espíritu nos defienda y habite en nuestras almas, para que al fin, seamos los templos de su gloria.

Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Puedes Leer: Monseñor Alvarez en Jornada de las Comunicaciones se une a mensaje del Papa Francisco y del Cardenal Brenes

Noveno Día de la Novena al Espíritu Santo

Noveno Día de la Novena al Espíritu Santo

Noveno Día de la Novena al Espíritu Santo