Continúa Jornada “24 horas para el Señor”, en Catedral

Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, presidió este sábado a mediodía, la santa Misa en la Iglesia Catedral San Pedro Apóstol, en el segundo día de la Jornada de Confesiones y Adoración Eucarística “24 horas para el Señor”, convocada por el Papa Francisco, por lo tanto, el viernes 12 y sábado 13 de marzo, de 6 de la mañana a 6 de la tarde los fieles han podido acceder al sacramento de la reconciliación y adoran a Jesús Eucaristía.

En su mensaje el Prelado dijo que al celebrar esta jornada “24 horas para el Señor”, en comunión con la Iglesia universal, hoy resuenan las palabras del publicano: “Señor apiádate de mí que soy un pecador”, en estoy explicó que sólo un corazón despojado de si mismo, un corazón en éxodo, en salida, es capaz de confiar en la misericordia de Dios.

Manifestó que muchas veces ante las embestidas que da el mundo, muchos corazones quieren tomar justicia por sus manos, pero este no es un corazón anonadado, el que toma venganza está confiando mucho en sus habilidades y no se abaja: “Cuando nos humillen, ofrezcámoslo al Señor y eso nos dará paz en el corazón, la humillación no debería darnos sufrimiento en el corazón, sino que debería mostrarnos una actitud de ofrecimiento al Señor”.

Sacramento de la Confesión en“24 horas para el Señor” :

“Un corazón humillado el Señor no lo desprecia, por eso sólo alguien que se ha declarado insuficiente, sólo el que a puesto su confianza en él puede decir: Dios mío apiádate de mi que soy un pecador. Esa es la plegaria de todos ustedes, de todos nosotros que en estos días buscamos el sacramento de la penitencia, el sacramento de la Confesión al que todos llegamos despojados. El sacramento de la penitencia debería ser uno de los sacramentos al que llegamos con mayor despojo, con mayor humillación, este sacramento que ya implica la purificación”.

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“Por eso el Papa Francisco dice que la confesión es pasar de la miseria, a la Misericordia: Yo llego hecho miseria, pero salgo enaltecido con la misericordia de Dios”, recordó. Indicó que en el sacramento de la confesión no son los pecados el centro, es el amor de Jesús por “nosotros, que nos espera como el hijo pródigo”.

“Que el Señor por intercesión de Nuestra Señora de Fátima y de San José, nos permitan vivir en la alegría pascual, en el amor hermoso, y nos conceda vivir esas palabras de él a través del sacerdote: Yo te absuelvo de todos tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano.

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