“La verdad es columna vertebral para la construcción de un nuevo país”. Mons. Alvarez

En su homilía correspondiente al domingo 27 de septiembre en la Iglesia Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, Monseñor Rolando Alvarez, concluyó refiriéndose a la verdad como columna vertebral para la construcción de un nuevo país, asegurando a la vez, que no se puede construir un nuevo país sobre la base de la mentira.

Esta es la última celebración presidida por el Obispo de la Diócesis de Matagalpa sin la presencia física de fieles, porque a partir del domingo 4 de octubre, siguiendo las medidas de prevención ante la pandemia del coronavirus, se reabrirán de manera gradual los templos, después de seis meses de cuarentena voluntaria.

Aquí lo que dijo Monseñor Alvarez, sobre “La Verdad”, refiriéndose al pueblo de Nicaragua:

“Es importante que los nicaragüenses trabajemos por construir un nuevo país en la verdad, la verdad es columna vertebral para la construcción de un nuevo país, la verdad en nuestras relaciones interpersonales, pero también en las relaciones sociales, políticas, económicas, jurídicas, ambientales, y no dejar que la mentira se siembre como cizaña en nuestros corazones; la mentira recuerden que corroe y corrompe las relaciones interpersonales, las relaciones sociales, políticas, económicas, jurídicas, ambientales”.

Puedes leer: Científicos identifican mutación de Covid-19 con mayor potencial propagación. Podcast Iglesia y Salud

La verdad como columna vertebral para la construcción de un nuevo país

“No se puede construir un nuevo país sobre la base de la mentira es un imposible porque será como la casa construida sobre arena movediza que en la primera ventolera, en el primer problema se viene abajo”.

“Conviene hermanos nicaragüenses las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia católica que nos invita a desechar la mentira, toda envidia, engaño, hipocresía y toda clase de maledicencia. Las luchas intestinas por el prestigio y los poderes de este mundo normalmente se revisten de la mentira, de la malicia, el engaño, la envidia. No se puede construir un nuevo país con este tipo de prácticas como el ‘falso testimonio y perjurio. Una afirmación contraria a la verdad posee una gravedad particular cuando se hace públicamente. Ante un tribunal viene a ser un falso testimonio (cf Pr 19, 9). Cuando es pronunciada bajo juramento se trata de perjurio. Estas maneras de obrar contribuyen a condenar a un inocente, a disculpar a un culpable o a aumentar la sanción en que ha incurrido el acusado (cf Pr 18, 5); comprometen gravemente el ejercicio de la justicia y la equidad de la sentencia pronunciada por los jueces’ (cf CIC ). Nunca se podrá construir un nuevo país recurriendo al falso testimonio y perjurio”.

“El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto (cf CIC can. 220). Se hace culpable:

1. De juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo;

2-. De maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran (cf Si 21, 28);

3. De calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos”.

“Hermanos todos pidamos al Señor que vivamos en la verdad porque la verdad nos hará libres”, concluyó.

Redacción del artículo: Manuel Antonio Obando Cortedano.

Diócesis Media.