El padre Vicente Martínez, en su homilía del XVI Domingo del Tiempo Ordinario al presidir la Santa Eucaristía en la Parroquia Santa Lucía, Ciudad Darío compartió con la feligresía presente que Dios no es indiferente al sufrimiento de su pueblo y si se reparan en él las fuerzas no se necesitará la fuerza del mundo, pues de Dios y su misericordia viene la vida eterna.
En su reflexión del Santo Evangelio el padre dijo: «El Señor sabe que el pueblo andaba corriendo para arriba y para abajo buscando misericordia y palabras de compasión, y aunque Jesús andaba cansado tuvo compasión y se puso a enseñarles muchas cosas, les escuchó, les miró con amor de tal manera que ellos encontraron en Jesús la paz, la misericordia y el amor que buscaban. Nosotros como cristianos, como iglesia desde el día del bautismo teniendo presente que somos templo del Espíritu Santo cuando alguien se acerque a nosotros no lo rechacemos, no le digamos, ahorita estoy ocupado».
Además, añadió que a veces los seres humanos cometen el error de creer que todas las cosas las pueden hacer solos y sacan a Dios de sus vidas, de sus trabajos, de sus empresas y hasta de su familia.
Jeremías les habla a los líderes del mundo:
El sacerdote enfatizó en que el profeta Jeremías le habla hoy a los pastores de aquellos tiempos y a los pastores de hoy: «Recuerden hermanos que en tiempos anteriores también se le llamaba pastores a los líderes, reyes y emperadores, por lo tanto aquellos hombres que se sentían que eran más que los demás, eso pasa en estos tiempos, también los poderosos del mundo no se preocupan por el pobre, hay tanta pobreza, tanta miseria, porque no piensan en los pobres, el Señor en el Salmo 22 dice: ‘Yo soy el buen Pastor’… Él es quien nos hace descansar, que nos conduce a la fuente de la vida eterna y si nosotros reparamos en El nuestra fuerza, no vamos a necesitar fuerzas del mundo sino que vamos a necesitar la fuerza de la misericordia porque de Dios viene la vida eterna”.
Puedes leer:“El caminar del hombre sin Dios se va al precipicio de la muerte”, padre Uriel Vallejos
El pueblo nicaragüense no se tiene que dejar engañar
«Es una realidad social que hay gente dispersa, gente exiliada, gente emigrando, y, ¿Se preocupan los falsos pastores? Ellos sólo están pensando en el poder y en el dinero, solo les interesa el populismo y los aplausos, que el pueblo se disperse, viva su Éxodo, sufra pobreza, migración, pero ellos quieren estar bien, esos son los falsos pastores», puntualizó el padre Martínez.
Redacción: Heather Ríos Diócesis media parroquia Santa Lucía, Darío.