En el Décimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario, el presbítero Salvador López de la parroquia San Juan Bautista en Matagalpa, dijo que en la liturgia de la Palabra se presenta a Jesús Pan del Cielo, como el pan material que todos “comemos para tener vida”.
El pueblo de Israel va por el desierto hacia la tierra prometida en peregrinación y sienten hambre y sed. Esto permitió que renegaran contra Dios, porque los habían sacado de Egipto. La Palabra Sagrada dice que ahí tenían comida y se sentaban frente a una olla y comían carne. Pero ya en camino, ellos estaban desesperados porque caminaban sin comer nada.
Aquí lo importante es que Dios sacia esa hambre, envió el maná del Cielo, un polvo blanco que cayó a la tierra y de ahí se alimentaron todos los Israelitas que iban camino a la tierra prometida. En este caso la tierra prometida no era un lugar bonito, sino que es el Cielo, la salvación.
El pueblo de Israel camina a la tierra prometida, buscando algo material, pero el cristiano tiene que buscar el cielo, la salvación porque nuestro peregrinar es hacia el cielo en busca de la salvación manifestó el padre Salvador.
Somos peregrinos en este mundo:
El religioso dijo que “aunque aquí hallan casas, vegetación, también estamos en este desierto, caminando hacia el cielo que es la tierra prometida para nosotros, pero también hay que sufrir, hay que aguantar hambre, sed, hay que asolearse y no es nada fácil llegar al cielo porque estamos en ese peregrinar también, siempre con la ayuda de Dios que nos va alimentando y guiando a la salvación”.
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En la Cruz Jesús se convierte en pan:
Jesús en la cruz se convierte en pan del cielo para alimentarnos, para darnos vida eterna, ya no es el maná que cayó en el suelo y que comieron los Israelita pues es el mismo Señor Jesús es el pan del cielo, el pan de la vida y la salvación. Así que nosotros comemos el pan material pero también pan espiritual que es el Cristo mismo en la Eucaristía que es el mayor milagro de Dios.
San Pablo dice que no hay que estar unidos a criterios humanos, sino en Dios en la sana doctrina de Jesús que es la salvación, confiar en Dios. Que no nos pase igual que le sucedió al pueblo de Dios que renegó en contra de Dios.
“Lo que dura para la vida eterna es el pan espiritual que es Dios”, concluyó el padre Salvador López.
Redacción: Kellys Rivera.
Diócesis Media parroquia San Juan Bautista, Matagalpa.