“La invitación de este Domingo XVIII del tiempo Ordinario es dejarse renovar la mente y el corazón, viviendo al estilo de Cristo”, son las palabras con las que se dirigió el Padre Raúl Francisco Villegas durante las dos celebraciones dominicales en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Matiguás.
Teniendo una muy buena asistencia de los fieles en el auditorio Parroquial que desde una hora antes asisten tomando las medidas sanitarias establecidas para evitar contagiarse de la Covid-19 y piadosamente con fervor y amor rezan el Santo Rosario a la Reina del Cielo.
Cristo nos orienta en su palabra:
“Que oportuna la palabra de Dios en este día que viene a orientarnos en nuestro caminar y vida de Cristianos Católicos, puedo ver que se conjuga varias temáticas; en la primera lectura los Israelitas murmuraban, recordando que en Egipto aunque eran esclavos pero tenían comida hasta de sobra. San Pablo en la segunda lectura nos enseña que no se debe vivir como paganos conforme a los criterios corrompidos del deseo, placer, poder y tener, esto no lo ha enseñado Cristo y en el Evangelio encontramos a Jesús que se da a aquella multitud que lo busca y aparte de darles de comer el mensaje del Señor les dice: »Yo soy el pan de vida, el que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed», expresó el religioso.
“Pensemos hermanos como Dios me está formando, será que somos de los que piensan que con la situación actual Dios está castigándonos con la Pandemia, la situación socio-política, la inmigración, la economía, ¿Dios nos hace sufrir en este valle de lágrimas?”.
“El Espíritu Santo, renueva nuestra vida”:
“Dejémonos empapar del Espíritu Santo, por eso al iniciar cada Eucaristía invocamos su presencia para que Él venga a renovar nuestro Espíritu, que aleje nuestro viejo yo y que todo lo haga nuevo en nuestro ser. La palabra de Dios no sólo hace referencia al alimento también lo hace al tener los criterios de Cristo: Pensar, sentir, razonar. Si no hacemos nuestros los criterios de Cristo entonces llevaremos siempre a Egipto dentro de nosotros donde vayamos, no se nos olvide: Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión», expresó el sacerdote.
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“Nosotros somos lo que comemos y aparte de alimentar el cuerpo es mantener sana nuestra mente, corazón y espíritu; ahora imagínense el que se alimenta de odio, rencor, venganza, licor ¿Cómo estará esa persona? Somos lo que comemos y no comemos. Es lo mismo si escucho su palabra y la practico, si rezo el Santo Rosario no es necesario pregonarlo se nota en la vida de cada fiel, de cada laico de cada individuo”, finalizó el religioso.
Redacción: Hermana Guadalupe de los Ángeles, religiosa Misionera Serviam.
Diócesis Media – Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Matiguás.