“La palabra de Dios tiene un poder extraordinario en el corazón”. Presbítero Vicente Martínez

El presbítero Vicente Martínez celebró este 24 de enero 2021, la Santa Eucaristía en el III Domingo del Tiempo Ordinario, en el Domingo de la Palabra, en la parroquia Santa Lucía Darío, donde explicó que la palabra de Dios tiene un poder extraordinario en el corazón de cada uno de los cristianos.

Manifestó que el poder de la palabra hoy lleva a un compromiso más profundo, a no solo simplemente decir, “Soy cristiano”, sino,  que es un compromiso que hace viva la palabra de Dios que trasforma la vida social, familiar y laboral, «si bien recordamos los discípulos le preguntaban a Jesús: ¿Cuándo llegará el reino de Dios?, Jesús les dice, el reino de Dios ya está entre ustedes”, esta experiencia de Jesús lleva a los discípulos de ayer, hoy, mañana y siempre a dejarlo todo.

“Imagínense ustedes que hay familias, gente en nuestra iglesia que han dejado todo e incluso hasta sus bienes materiales, sus casas, posesiones por irse a evangelizar y cumplir su misión como cristianos a otros países», expresó.

El sacerdote recordó que el llamado de Jesús es completo, tal y como se mencionó el domingo pasado cuando Juan el Bautista presenta a Jesús como el “Cordero de Dios”, los discípulos de Juan el Bautista lo dejaron todo, para seguir de inmediato a Jesús, es decir Jesús hoy se dirige a cada uno de los cristianos como se dirigió a aquellos hombres que le dijeron: “¿Qué buscan?” Que “nuestra respuesta sea: Al maestro, al hijo de Dios que nos llama a una conversión, vocación y recocer el poder de su palabra», compartió.

La palabra de Dios, es un llamado a la conversión:

Seguidamente el padre Martínez  explicó que la palabra conversión no es simplemente decir «me convertiré, no, la conversión es un paso para el cambio de nuestra vida en todos los sentidos, porque el Señor nos da todo y no nos quita nada, por lo tanto la conversión es ir más allá de dejar un vicio, dejar lo que me hace daño. La conversión es dejar lo que en verdad aparentemente te hace feliz», dijo el sacerdote.

«La conversión de cada uno de nosotros es lo que en este tiempo nos pide el reino de Dios, que construyamos un mundo más humano, siendo la palabra del Señor el centro de nuestro cambio, no podemos seguir viviendo como si nada estuviera pasando, creyendo en una falsa normalidad, es por ello que debemos de cambiar nuestra manera de pensar e incluso nuestra manera de actuar», así lo enfatizó.

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“Deja todo por Dios, cree en el Evangelio y conviértete en pescador de hombres, porque el tiempo pasa y termina, en cambio el único que no termina es el Señor y si nosotros nos entregamos a Él, aunque muriéramos con Él viviremos”, concluyó.

Redacción: Juana Ruiz.
Diócesis Media, parroquia Santa Lucía, Darío.