Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, presidió en la Iglesia Catedral San Pedro el 17 de febrero, miércoles de ceniza, la santa Misa con que inicia el santo tiempo de Cuaresma, acompañado por fieles quienes tomaron todas las medidas de prevención ante la pandemia del COVID-19.
Este día en todas las parroquias de la Diócesis se realizan varias celebraciones para evitar aglomeraciones, y según la guía pastoral para Cuaresma y Semana Santa los Vía Crucis los viernes se realizarán en todos los barrios, sectores y comunidades rurales. Asimismo ya se han dado a conocer la serie de disposiciones para la semana mayor.
En su mensaje el Obispo citó el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2021, titulado: “Mirad estamos subiendo al Jerusalén. ”En un primer momento invitó a los fieles como lo hace todos los años, a no vivir la Cuaresma sin un propósito, propósito que incluya practicar cuatro puntos importantes en la vida. Asimismo se refirió a la austeridad, a las privaciones no sólo de alimentos sino privación de otras cosas, “porque aunque algunas personas no sean pobres socialmente, debemos vivir en pobreza de vida, en liberación de las cosas que saturan, porque estamos bombardeados de cuestiones que saturan la mente y el corazón, y el Papa llama también a liberarnos del consumo”.
¿Porqué liberarnos de todo esto?
“Porque así centramos nuestra alma, mente y corazón en Jesucristo, Señor de la vida y de la historia, ven hermanos por eso al entrar en ese despojo de la Cuaresma podamos entrar en el misterio de la misericordia y así fortalecemos nuestra fe, según el Pontífice”.
Monseñor Alvarez instó que si cualquiera quisiera hacer un proyecto de vida dejándose llevar por el mensaje del Papa, diría: “Señor auméntanos la fe para poner la mirada en vos”. La esperanza que el se representa en aquel pasaje de la samaritana donde el Señor promete el agua viva que es el Espíritu Santo, el que recibiremos en la gloriosa pascua de resurrección, y la Caridad que se alegra de ver que el otro crece y se entristece por ver que el otro está golpeado, es el impulso del corazón que invita a salir de “nosotros mismos”.
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“El Señor nos ayude a vivir este tiempo a la luz de la fe, la esperanza y la caridad… Y así llegaremos con alegría a la santa pascua de resurrección. Que el signo de la ceniza sea la expresión de empezar con alegría y ánimo renovado este camino y tiempo de conversión”, concluyó.
Fotografías y redacción: Manuel Antonio Obando Cortedano.
Miércoles de ceniza