Al concluir la Santa Misa de este domingo 19 de julio, Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, insistió nuevamente en el cuido y protección ante la COVID-19, recordando que médicos especialistas independientes de Nicaragua han explicado que la tercera y cuarta semana de julio son de las más peligrosas en la transmisión del virus.
En este punto instó a no bajar la defensa en la lucha contra la pandemia, “no hay que andar pensando que las cosas ya están normales, que ya se puede andar en reuniones familiares, pensar en que se puede ir al mar con amistades y amigos, esto sería romper el cuido que cada quien lo hace según sus posibilidades y capacidades”.
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El obispo ha recomendado permanecer en casa el que pueda, salir cuando sea necesario y de esta forma preservar la vida evitando contagios.
El cuido y protección ante la COVID-19 es tarea de todos.
Saludo a la parroquia Nuestra Señora del Carmen:
Monseñor Rolando Alvarez, también saludó a todas las parroquias, comunidades y grupos que llevan el nombre de Nuestra Señora del Carmen por haber celebrado a la Santísima Virgen María de manera silenciosa y sin actividades públicas. Asimismo, invitó a la feligresía a participar este lunes 20 de julio en la Santa Misa solemne dedicada al Divino Niño Jesús, a las 12 del mediodía a través de los medios de comunicación y redes sociales.
ACCIÓN DE GRACIAS Y OFRECIMIENTO A LA VIRGEN DEL CARMEN
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción. Amen.
Por: Enma Martínez y Manuel Antonio Obando Cortedano.