Un llamado a los nicaragüenses a no tener miedo a la incertidumbre, a la confusión, a lo que vendrá, al futuro de Nicaragua porque “estamos en las manos de Dios, él nos conduce, es nuestra alegría, va con nosotros, conduce nuestra historia”, dijo Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa en su homilía el cuarto domingo de Adviento, 20 de diciembre 2020, en la Iglesia Catedral San Pedro.
Tras reflexionar sobre tres aspectos del Evangelio del día y al referirse directamente al pueblo de Nicaragua dijo:
“El miedo paraliza, inmoviliza. No tengamos miedo. No tengamos miedo a la incertidumbre, no tengamos miedo a la confusión, no tengamos miedo al otro, no tengamos miedo a lo que vendrá, no tengamos miedo por el futuro de Nicaragua. Estamos en las manos de Dios y El nos sostiene, nos conduce en esta historia cargada de quebrantos, crisis, enfermedades y llantos. Dios es nuestra paz, nuestra esperanza y alegría. El va con nosotros, camina con nosotros, vive nuestra historia y nosotros vivimos la historia de El.
Entonces ¿por qué hemos de temer? ¿Por la intransigencia? Por la ambición de algunos?Por la crueldad de otros? Por las ansias de poder?, de destacar?de protagonizar?No, porque en todo ésto vencemos por la fuerza del que nos amó. Creemos en cielos nuevos y tierra nueva. Creemos y lo hemos dicho, que una Nicaragua donde todos convivamos como hermanos sin ofendernos, ni humillarnos, es posible.
Una Nicaragua donde nunca ruja la voz del cañón, ni los tambores de la venganza o de pasadas de facturas. Una Nicaragua donde entendamos que todos debemos vivir en nuestra tierra, que tenemos derecho y deber de sacarla adelante por el bien de las futuras generaciones. Una Nicaragua en paz y justicia. Una Nicaragua justa con los pobres.
Una Nicaragua donde las decisiones las tomemos los nicaragüenses. Donde no se espere una orden de afuera para actuar, trabajar, producir, construir. Una Nicaragua abierta al mundo, a todos los que nos quieran ayudar, pero con respeto a nuestros pensamientos, a nuestra identidad e idiosincrasia. Una Nicaragua autóctona. Una Nicaragua así, es posible”.
Caminar de la mano de la Virgen María:
En su homilía Monseñor Rolando también dijo que es una alegría acercarse a la Navidad, de la mano de la liturgia del día, que relata uno de los pasajes más bellos de las sagradas escrituras, y es el anuncio del Ángel a la Virgen María. Por lo tanto guiado por el Evangelio, instó a reflexionar en tres elementos, el primero el saludo del Ángel a la Virgen: “Alégrate llena de gracia, el Señor es contigo”.
En este punto explicó que el Mesías llega por la salvación de todos, es la universalización de la salvación, “Cristo que viene por todos”.
Destacó que el saludo del Ángel no se queda ahí sólo en el “Alégrate”, pues trae a colación lo dicho en el antiguo testamento cuando ya se proclamaba: “Alégrate hija de Sión, el Señor está contigo”, asegurando en este momento que en medio de la tribulación Dios está con “nosotros, caeremos seguramente, pero en las manos de Dios, en nuestras caídas caeremos pero en las manos de él para que como el salmista digamos: Caminaré entre áspides y víboras y nada me pasará”.
Llamado a no tener miedo a los desafíos personales:
Mencionó que el segundo aspecto y razón del porqué alegrase con la Virgen Maria es: “No temas María, porque has hallado gracia ante Dios”. “Muchas veces hay miedo al dolor, miedo a enfrentar un desafío, mucha gente se inmoviliza por el miedo a iniciar un reto, miedo al sacrificio, al que dirán, a la calumnia por vivir la verdad, miedo a vivir en la verdad, a que te digan la verdad. Por eso dice el Papa Benedicto XVI, vivimos en un mundo con miedo”.
“Hoy el Señor nos dice no tengas miedo porque has encontrado gracia delante de mi, y como no vencer ese miedo si el Señor está con nosotros y hemos hallado gracia a sus ojos, gracia ante Dios. Ese anuncio de buena noticia rompe las cadenas del miedo, de cualquier razón que te de miedo, y nos libera de cualquier atadura”.
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“El tercer aspecto es la repuesta de la Virgen Santísima: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra… Ese hágase, ese sí de la Virgen Santísima es una invitación para nosotros a decir que sí, él sí de la radicalidad del Evangelio, de la conversión, del consentimiento para nosotros, ese sí que tanto le costó a la Virgen, pues apenas había nacido Jesús y le dice el profeta en la entrada del templo: Este Niño será puesto para elevación y caída de muchos, y a ti una espada te traspasará el corazón… Hay sí que en la vida cuestan pero hay que darlos porque el Señor a puesto su mirada en nosotros, porque él nos da su gracia y va con nosotros en la barca, nunca nos dejará solos”, subrayó monseñor Rolando.
Fotografías y Redacción: Manuel Antonio Obando Cortedano.
Diócesis Media.