En su homilía de la Santa Misa que celebró el pasado jueves 28 de abril en la Parroquia Santa Lucía, Darío, el presbítero Vicente Martínez subrayó que, el que cree en Cristo tiene vida y no cualquier vida si no la vida eterna; pero el que es rebelde no vera la vida porque la cólera divina perdura sobre él.
En este sentido manifestó que el que profesa su Fe en Cristo trabaja día con día por ser un mejor ser humano en los distintos ámbitos sociales: «Hermanos el que cree en Dios se preocupa por ser un buen cristiano, se preocupa por dar testimonio, se preocupa por llevar una vida conforme a la voluntad del Señor pero depende de nosotros, Dios hoy sale a nuestro encuentro de muchas maneras abramos los ojos y nuestro corazón a él».
Por consiguiente argumentó que en aquellos tiempos las autoridades religiosas del pueblo judío querían dar por muerto a Jesús y que nadie hablara más de él, pero a los apóstoles, a los que Jesús abrió su entendimiento y su corazón ya no pueden callar, son testigos de la vida, muerte y resurrección de Jesús y quieren proclamarlo como se lo pidió el mismo Jesús para alegrar la vida de sus hijos: «Hermanos aunque a los apóstoles los echaran presos, los amenazaran, lo golpearan, no se detenían de decir que Cristo había resucitado y nosotros los seres humanos a cualquier problemita nos corremos de la iglesia, ya no confiamos en el Señor incluso mucha gente se corre porque no tienen una fe convencida».
El Padre Vicente animó a ser valientes como los discípulos: Hermanos que valentía la de estos hombres, yo quisiera que nosotros que somos cristianos de este siglo XXI, le pidamos al Señor la valentía de estos apóstoles; a ellos lo asistían el Espíritu Santo, el espíritu de Cristo resucitado por tanto nada los hacía tambalear, nada los hacía retroceder, ellos a pesar de que estaban encerrados siguen anunciando al Dios de nuestros padres que resucitó».
El padre Vicente en su homilía dijo que, los cristianos son conscientes que a Cristo lo mataron por envidia, porque vivía en la verdad, porque amaba la verdad, porque en verdad defendía al más indefenso, por eso lo mataron: «Ahora en este siglo XXI hermanos hay muchos cristianos que, por vivir la verdad, por defender la verdad, son asesinados».
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Por último recordó que además de creer en el hijo, hay que vivir como el hijo: «Esta vida no es para que nos hagamos daño, no es para que nos destruyamos unos a otros, esta vida hermanos, es para que nos hagamos el bien recuerdense lo que dice San Juan de la Cruz; el fin de nuestras vidas vamos a hacer juzgados en el amor; al final el Señor nos va a hacer el examen centrado en el amor, ¿cuánto amaste, cuánto serviste, cuánto bien hiciste?, que Dios nos ayude amarlo a él y amar a nuestro prójimo».
Redacción: Zenelia Cordero Martínez
Diócesis Media parroquia Santa Lucía Darío