Presbítero Vicente Martínez invita a aprender a amar a Dios

“Al Evangelio de este domingo XXVIII tiempo ordinario podemos relacionarlo con tres ideas, primero la llamada de un joven que prefirió las riquezas al seguimiento de Cristo, segundo la doctrina del Señor sobre la riqueza y el reino de Dios, tercero la recompensa prometida”. Manifestó el presbítero Vicente Martínez, también expresó que como hijos de Dios se debe aprender amar a Dios ya que el resto vendrá por añadidura, así lo mencionó al presidir la Santa Misa el domingo 10 de octubre, en parroquia Santa Lucía, Ciudad Darío.

Inició explicando que la riqueza cuando no se sabe administrar causa tristeza, causa soledad, y la persona se convierte en un antisocial: «En una persona que no tiene amigos, que no tiene personas que le digan vos sos lo que sos, no por lo que tenés, entonces el Señor nos pide hoy que lo prefiramos a él”.

Muchas personas eligen los reinos de la tierra y no el de Dios:

“El Señor mira al joven con alegría y le hace una invitación imperativa y le dice sígueme: Él dice no porque tengo muchos bienes materiales, tengo muchos dólares, tengo muchas cosas que perder, ¿cómo es posible que el Señor me esté pidiendo esto que tanto me ha costado? Hermanos: Ahí está el detalle mucha gente prefieren los reinos de la tierra y no el reino de Dios”, expresó el padre Vicente.

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Jesús hoy te dice sígueme:

“Este Joven creía que lo esencial era cumplir leyes, cumplir preceptos, cumplir lo que Dios le pedía y hasta ahí estaba todo, pero estaba esclavizado no quería perder lo que tenía, pero Jesús le dice sígueme, mucha gente quiere servir a la iglesia pero no quiere soltar un pecado. Para poder ganar el reino tenemos que aprender a soltar ciertas cosas que nos impiden ver ese reino”, Indicó el presbítero Martínez.

«Recuerda hermano que aunque crezcan tus riquezas, aunque crezca tu fortuna no le des el corazón, aprender a amar a Dios, a amar a tu familia, a amarte vos y  el resto viene por añadidura”

Por último el padre explicó que el apego a lo material puede ser una verdadera idolatría impide acceso al reino de Dios: «Recuerda hermano que aunque crezcan tus riquezas, aunque crezca tu fortuna no le des el corazón, aprender a amar a Dios, a amar a tu familia, a amarte vos y  el resto viene por añadidura”.

Redacción: Heather Ríos

Diócesis media, parroquia Santa Lucía – Darío