Bicentenario de la independencia “es un motivo de conmemoración de nuestros orígenes, raíces e identidad”. Monseñor Rolando Alvarez

En una entrevista concedida al medio digital “La Trinchera de la Noticia”, con ocasión del Bicentenario de la independencia de Centroamérica, Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, el 14 de septiembre 2021, expresó que este acontecimiento “es un motivo de conmemoración, ya que nos lleva a hacer memoria de nuestros orígenes, de nuestras raíces y, por lo tanto, de nuestra identidad patria. No depender de ningún poder colonial y el desafío de no depender de ningún neocolonialismo”.

Aquí la entrevista completa en preguntas y respuestas:

Para la Iglesia Católica, qué significado tiene el bicentenario de la independencia de la corona Española.

La separación de la colonia fue un gran hecho histórico; también la gesta de los independentistas por redactar un acta que en 18 cláusulas, establecía la separación con el poder colonial, sin embargo, hay que señalar como lección aprendida del pasado que se produjo una transición hacia un nuevo poder, el poder de los comerciantes.

Pienso que este fenómeno se dio porque siempre ha sido necesario estructurar los pilares de un Estado funcional y respetuoso de los derechos humanos, la creación de una sociedad basada en ciudadanía. El poder de los comerciantes, estimuló la formación de clanes de poderes y, en consecuencia, el origen y de manera recurrente, guerras fratricidas por la lucha del poder entre clanes, lo que a su vez ocasionó, hasta nuestros días, pobreza, miseria, autoritarismos, mucho dolor.

¿Es un motivo de fiestas?

Es un motivo de conmemoración, ya que nos lleva a hacer memoria de nuestros orígenes, de nuestras raíces y, por lo tanto, de nuestra identidad patria. No depender de ningún poder colonial y el desafío de no depender de ningún neocolonialismo.

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¿Qué debemos celebrar o conmemorar como pueblo de Dios y cuáles deberían ser nuestros compromisos?

Pienso que debemos celebrar la oportunidad histórica que este acto nos permite hacer o articular nuestro propio destino, es una gran oportunidad histórica para nuestra Nación ser y estar en el tiempo y el espacio. Debemos valorar el peso específico de manera positiva que tiene el acto de ser independientes, porque nos permite la posibilidad de diseñar nuestro propio sistema de vida y organización social, política, económica, cultural, entre otras cosas.

El respeto a la dignidad de la persona, el cuido de la vida, de la salud, de la familia; la educación integral y formación moral a los niños y jóvenes; la reparación al daño infringido a la naturaleza; el trabajo honesto, honrado, digno en todos los ambientes; la institucionalidad y separación de los poderes del Estado como una vía armoniosa para la vida social.

¿Cómo pueblo de Dios, de qué logros podemos hablar en este bicentenario y que aspectos tenemos pendiente como sociedad?

El logro altamente positivo, como te he expresado, es habernos separado del poder colonial y en consecuencia tener la oportunidad de soñar con la posibilidad de construir nuestra propia nación y modelo de sociedad. Por su parte, la sociedad, en su proceso de maduración política, debemos asumir el desafío de grandes proporciones que supone educarse en ciudadanía, abandonar la idea que somos siervos o súbditos del poder, sino ciudadanos con derechos y libertades, y comprender de una vez para siempre, que el Estado es una institución igual que sus funcionarios públicos que debe estar al servicio del pueblo y orientado a dar respuesta a sus problemas más sensibles como el hambre, la pobreza, la salud, la educación; un ciudadano que además debe respetar las reglas para mantener una mínima convivencia y paz social. Hay mucho trabajo por delante.

Hay una jornada de oración por la patria, pero como ciudadanos ¿cuáles deben ser nuestros votos, anhelos para honrar a la patria y de esa manera honrar a Dios?

Esta realidad nos pone ante el reto histórico mayúsculo de elaborar, a partir de este 15 de septiembre, nuestra propia acta de independencia, que cree las bases para una nueva Nación, la creación de un modelo de Estado funcional orientado al reconocimiento y respeto de la dignidad de la persona, el reconocimiento y protección de los derechos humanos; un Estado que enfoque sus esfuerzos en crear una comunidad democrática y forme y eduque a nuestra sociedad como ciudadanos, abandonando el concepto de siervo o súbditos ante el poder; un ciudadano que reclame sus derechos, sus libertades, garantías sin temor, y no baje la cabeza ante los poderosos, las desigualdades y la pobreza; un ciudadano pinolero con todo lo que esto implica. Cada nicaragüense, sin exclusión, debe ser el verdadero y auténtico prócer que redacte por primera vez el acta de independencia para crear las bases mínimas de una nueva organización social.