“Tu cruz sigue firme y nuestra fe también”.
Amados hermanos y hermanas de la Diócesis de Matagalpa, que la paz del Señor Resucitado sea con ustedes.
El clero de nuestra Diócesis de Matagalpa en comunión con el Pueblo de Dios que peregrina en esta porción eclesial expresa su tristeza y preocupación por el acoso y hostigamiento que en los últimos días agentes de la Policía han venido ejerciendo en contra nuestro padre y pastor Mons. Rolando José Álvarez, apóstol de Jesucristo en nuestra diócesis, y que el 19 de mayo se incrementaron en la ciudad de Managua, afectando incluso a los miembros de su estimada familia, que son nuestros hermanos. Sumado esto al acoso institucional contra algunos sacerdotes del país en días recientes. Pedimos a las autoridades implicadas que cesen en este comportamiento y permitan respetuosamente que cada hermano, pueda desarrollar sus derechos, libertades y garantías humanas y constitucionales sin obstáculos y temor.
Agradecemos al Señor porque en esta persecución, acoso y hostigamiento, como nos enseña Pablo (2 Corintios 6, 3), nos concede la gracia de compartir la suerte del pueblo nicaragüense crucificado, representado en la compleja crisis que vive nuestro país desde abril 2018. “La Iglesia se siente honrada de compartir la suerte del pueblo porque la iglesia es Pueblo de Dios”. (Santo Mons. Romero). Siempre es propicio hacer un llamado al diálogo natural, no forzado, para el recuentro de la familia nicaragüense y juntos, sin exclusión, crear una nación respetuosa de la dignidad de la persona humana con justicia y libertad.
Nuestra Iglesia comprende que la situación que vive el país no es la mejor para expresar el pensamiento en voz alta, la persecución que sufren nuestros hermanos, como la de nuestro obispo Mons. Rolando José Álvarez, es para acallarla en su servicio a la verdad Jn 14,17. Y que es la verdad? Jn 18, 38. La verdad del amor de Dios Padre manifestado en su Hijo Jesucristo, muerto por los poderosos de este mundo y resucitado para darnos la vida eterna (kerigma), la verdad del proyecto de fraternidad para la humanidad, la verdad de que el pecado personal asociado es capaz de construir estructuras malignas de pecado para adorar el dinero y el poder. (Documento de Medellín, # 2 tema sobre la justicia).
Acudimos al Calvario para acompañar a Jesús crucificado, con María su madre, María de Cleofás y María Magdalena y junto a ellas el discípulo amado, que somos todos los hijos de Dios e hijos de la Iglesia, para acompañar a nuestro Obispo, el pastor que –Dios nos regaló para Matagalpa. Él no está solo, la Iglesia está a su lado, sinodalmente “vamos todos con Él” (Jn 11,16). Nos unimos en ayuno y oración a nuestro Obispo en todos los templos y capillas de nuestra Diócesis.
Exhortamos a los hermanos que ejercen el poder terrenal a ser humildes y sensatos y además, respetar la dignidad de toda persona y de manera particular a respetar a los ungidos del Señor. En Cristo siempre es posible encontrar caminos de salvación para el pueblo de Nicaragua que nos duele, nos duele este pueblo, nos duele nuestro Obispo, su dolor es nuestro, y el clamor tumultuoso que sube al cielo (Ex 3, 17).
Que María la Purísima Madre del Señor, interceda por nosotros, proteja a nuestro padre y pastor, a todo el rebaño e interceda por nuestra nación, para la gloria de Dios y el bien de su pueblo santo. Así sea.
Atentamente,
Clero y Feligresía de la Diócesis de Matagalpa.
En Matagalpa, a 20 días del mes de mayo de 2022.