“El tiempo es sagrado, el tiempo no está acelerado, los acelerados somos nosotros, que sentimos que el tiempo se nos va”, así dijo en su homilía el Padre Ramiro Tijerino al caer la tarde del miércoles de ceniza en la parroquia Santa María de Guadalupe, Matagalpa, donde además explicó que Cuaresma es un tiempo favorable para la conversión.
“Los fieles deben entender el significado de este tiempo, que muchas veces se pierde, para eso hay que caminar despacio, porque como andamos tan rápido, acelerados, ligeros por la vida, que se nos pasan los detalles… Y el hombre hoy anda muy sofocado, muy agitado, impaciente, sin paz, ¿por qué? Porque no aprovechamos el tiempo” manifestó.
Explicó que el primer paso para convertirse es reconocer, sino se reconoce no hay cambio, es darse cuenta que este es un tiempo favorable de conversión, pero también de reconocer el pecado, la fragilidad del ser humano. “Hoy el Señor nos está diciendo que dejemos esa religiosidad de apariencia, como los fariseos, aquí dentro del templo todos ponemos la cara de santos, pero al llegar a la casa, hay discusiones y pleitos”, lamentó.
Reconocer que somos ceniza:
La ceniza es darse cuenta que “somos polvo, que necesitamos conversión, es así que no se debe practicar una vida de fe para que nos vean o nos aplaudan. Somos pecadores, la conversión es para todos… la cuaresma no es comer tamal pisque, las practicas cuaresmales son la oración, limosna y ayuno, y ¿hay que hacerlas? Si, hasta donde uno pueda, pero también hay otros sacrificios como pedirle perdón al vecino”.
También exhortó a darse cuenta donde está el mal, si es el orgullo, la vanidad, la envidia, el odio, “proponerse reconocer que la estamos encabando”.
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Finalizó, explicando que con la ceniza cada uno deben repetirse: “Hoy Señor reconozco que soy polvo y al polvo voy a volver”.
Redacción: Ashlyn Gabriela Lagos Carrero.
Diócesis Media, Parroquia Santa María de Guadalupe