En la Santa Misa del XX Domingo del Tiempo Ordinario el Presbítero Vicente Martínez, párroco de Santa Lucía en Darío, manifestó que la justicia de Dios vence todo obstáculo y se manifestará un día en Nicaragua, porque el grito de los profetas de la Iglesia desde hace más de veinte siglos, no se hacen callar. “Es lo que hoy se manifiesta en la lectura, que velen por los derechos para que se respete, de modo que, quien no piensa igual sea tratado con igual dignidad y así se pueda practicar la justicia”.
«Esto que nos refleja la primera lectura es lo que la Iglesia ha venido pidiendo siempre: Respetar los derechos humanos, a los trabajadores, al niño, a la mujer, al anciano para que exista respeto a la dignidad humana. Porque el Señor a través del profeta nos llama a velar por los demás, a practicar la verdadera justicia ya que la salvación del Señor está por llegar y su justicia a punto de manifestarse», expresó.
“Actualmente muchos decimos: ¡Justicia humana no existe! Aparentemente tenemos leyes, pero como si no existieran, aunque exista la justicia, el hombre no la pone en práctica, es una realidad, ni en Nicaragua, ni en el mundo. Lo único que existe es intereses personales y egoístas. Debemos entender que la Justicia de Dios, se manifestará, y allí será el llanto y la desesperación”, recordó.
También el padre Martínez señaló que el Señor habla a su pueblo, al oído y al corazón. Hay que tener confianza en su Justicia Divina. Puesto que en estos tiempos cuesta reconocer los vislumbres de la justicia en la tierra, especialmente en nuestra nación, porque existe una especie de «Justicia Shakira» ciega, sorda y muda, con la cual se castiga al inocente y se deja libre al culpable; “esa no es la justicia que quiere Dios”.
“Observamos por otra parte que el mundo se cree dueño de la persona, de la familia, de los trabajadores, del universo. Especialmente los poderosos viven en una Isla, no les interesa el bien común sino el bien de algunos pocos, mientras los pobres se triplican, se cuadruplican y para colmo se les viola su derecho y se estropea su dignidad”.
“Debido a esto sigue en aumento la miseria humana, la pobreza; la migración cada vez aumenta en números, mientras los ricos se adueñan del país, porque no conocen ni practican la equidad. Debemos saber que ante los ojos del Señor somos iguales y él nos ama como una madre y un padre aman a sus hijos, incluso mayor es su amor, no tiene medida”, insistió.
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Refiriéndose a la Cananea del Evangelio, explicó que hoy se observa reflejada en esta mujer a Nicaragua porque tantos gritos que damos al Señor: “Liberanos de esta esclavitud, pareciera que Él no nos escuchara, pero el Señor, como a la mujer nos dirá en su momento: Que grande es tu fe Nicaragua ya eres libre”.
Redacción: Juana Ruiz