Ser misioneros de esperanza en Nicaragua, es parte del mensaje dominical de Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apotólico de la Diócesis de Estelí el domingo 3 de julio, donde destacó que se debe ayudar a cuidar a los enfermos, atender a los migrantes, a los pobres, a los necesitados, porque eso deja una huella que no se puede contener.
Agregó que “hemos sido hechos para la plenitud que sólo se alcanza en el amor y el perdón. Ninguna sociedad puede vivir sin perdón entre todos, sin la capacidad de volverse a ver a los ojos”.
Destacó que surgen vientos nuevos que impulsas a nuevas iniciativas, promoviendo la fraternidad y la amistad social, el respeto, la caridad y la bondad. Los primeros cristianos empezaron la fe en medio de un ambiente muy complicado, pero eso se les convirtió en una oportunidad para la misión”.
Puedes leer: Lamentan el cierre de TV Merced y ahora lo siguen desde las plataformas digitales
“Tampoco es fácil el momento de nuestra historia, pero decimos cómo los primeros cristianos: No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído, no podemos dejar de pensar en quien está en una situación compleja. Seamos, hermanos, mensajeros de esperanza en nuestra amada Nicaragua”, indicó.
Evangelizar con el testimonio:
En su mensaje al explicar el Evangelio del día, dijo que siempre que piensa en la evangelización, ha creído que evangelizar no es difícil, pero para eso es indispensable el testimonio, porque evangelizar no es sólo tener el micrófono en frente, “ahora que nos han cerrado los canales de televisión, pienso en todos los hermanos y hermanas en su mayoría jóvenes que en ellos sirven, que una adversidad la han hecho un desafío, eso es tener conciencia de evangelización, y aquella situación difícil la convierten en una posibilidad de seguir evangelizando como el primer día, ahora en las redes sociales, en las páginas web, en las aplicaciones móviles”.
“Como no agradecer a los monaguillos, a los coros, a los músicos, a los que mantienen bellos los templos, pienso en tantas congregaciones religiosas, las Hermanas Josefinas, las Hermanas de la Caridad y la Providencia, las Hermanas Altagracianas, las Hermanas Caridad de Santa Ana ayudando a niños con capacidades especiales, en las Hermanas Franciscanas de la Encarnación con su comedor para niños, en las Hermanas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús que van orando en silencio, pienso en las Hermanas de Madre Teresa de Calcuta, en tantas congregaciones, tanto bien hecho y realizado en el silencio”.
“Pienso en nuestras pastorales, en los movimientos eclesiales, pensar en la misión eucarística que hemos retomado en la Diócesis, Jesús sacramentado que va casa a casa, que experiencia más bella y preciosa, los ministros de la comunión, los lectores, los catequistas que hacen el trabajo maravilloso, y en esta pandemia vimos como los catequistas se reinventaron. Pensaba como de las situaciones adversas se pueden sacar tantas maravillas”.
“El Señor nos va bendiciendo en medio de todas las dificultades derramando sus gracias y misericordia”, indicó.
Redacción y fotografías: Manuel Antonio Obando Cortedano.
Diócesis Media