En su homilía el domingo 8 de noviembre, Monseñor Rolando Alvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, invitó a ver la realidad nacional entre la prudencia o la imprudencia, agregando que son necesarios hombres y mujeres que puedan velar para que los nicaragüenses vivan en paz. Asimismo, se refirió a la sabiduría de Salomón y preguntó: “¿Qué le pueden pedir al Señor los que andan candidateando?”.
Aquí un resumen del mensaje de Monseñor Rolando Alvarez
“Hoy el texto evangélico nos permite ver la realidad nacional entre la prudencia o la imprudencia. El imprudente es necio, no quiere entender. El necio es soberbio, prepotente. Seamos prudentes. La prudencia nos vuelve sensatos, precavidos, honestos, francos, claros, transparentes en nuestros pensamientos y propuestas. Nicaragua necesita de hombres y mujeres prudentes que piensen en el bienestar de todos, principalmente de los más pobres y desposeídos, de los más vulnerables.
Hombres y mujeres que piensen en clave de nación y nunca se presten a juegos o intereses personales, particulares o grupales. Hombres y mujeres que le hablen con la misma palabra a los pobres, como a los grupos de poder. Gente que teniendo una sola palabra, la pongan sobre la mesa, sobre el tapete, sin miedo y sin doblez.
Hombres y mujeres prudentes que analizando con lucidez el presente, visualicen el futuro del país. Hombres y mujeres que no se dejen llevar por la inercia del momento, por la desilusión o confusión. Gente que mantenga su lámpara encendida como quien en la noche, espera un pronto amanecer donde en libertad, podamos vivir en paz, unos y otros, los unos con los otros, dando lo mejor de nuestras fuerzas para sacar adelante a Nicaragua y herederle a las futuras generaciones, un porvenir promisorio, iluminado, como nación fuerte, pequeña pero grande a la vez.
La prudencia es sabiduría. Salomón le pidió al Señor, sabiduría para gobernar a su pueblo. Qué le podrían pedir al Señor, los que andan candidateándose, si Dios les dijera pídeme lo que quieras? Nicaragua es para todos y todos debemos comprometernos en reconstruirla, amarla, trabajar por ella, cuidarla y depositarla en el Inmaculado Corazón de María y en el Sagrado Corazón de Jesús. Así viviremos con ellos, por los siglos de los siglos”.
Virtudes de los nicaragüenses:
En su reflexión recordó que el Evangelio del día llama a estar preparados ante la venida del Señor. Asimismo recordó tres virtudes del pueblo nicaragüense: La oración, la humildad y la caridad, y explicó cada una.
La oración persistente: “Yo nunca había visto orar tanto al pueblo de Dios ni si quiera en el año 2018, como ahora en esta pandemia, apenas nuestros templos abrieron sus puertas físicas acudimos buscando sanación interior, hemos visto un pueblo que sigue orante y debemos seguir así de rodillas”.
En este punto Monseñor Rolando Alvarez destacó a tantos jóvenes que desde sus celulares buscan oraciones, laicos que ahora rezan la liturgia de las horas (laudes, completas). Agregando que esta situación apocalíptica que se vive en la pandemia hubiese sido peor si el pueblo no estuviese orando, “la Virgen Santísima que desde su Santuario nos visita ha impedido que esto sea peor”.
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Hablando de la humildad, recordó que al humilde no le interesa poderes de este mundo, “todo lo considera basura ante el conocimiento de Cristo Jesús”, como decía San Pablo. Sin olvidar que todo pasa, nada es eterno, “todo pasa”, subrayó.
Refiriéndose a la Caridad explicó la orientación de la Diócesis de Matagalpa de celebrar la gritería en el 2020 en familia y hacer obras de caridad con los más pobres. “Que hermoso que ahora que vino este huracán inmediatamente la sensibilidad humana surgió, de forma espontánea empezaron familias a recoger víveres, alimentos, preguntaban y buscaban como hacer llegar estas cosas a los hermanos de la Costa”.
“Pensaba como en estos meses en que cerramos las puertas físicas de nuestros templos 14 parroquias quebraron y de ahí surgió la generosidad del pueblo para poder pagar agua, energía eléctrica y demás servicios básicos”, aseguró, añadiendo que cosas preciosas están surgiendo y esas son las obras que “nos acompañarán el día que nos presentemos al Señor. Debemos pedirle al Señor nos llene de caridad”, sugirió.
Redacción: Manuel Antonio Obando Cortedano.
Diócesis Media.